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Los informes de Enrico Letta y Mario Draghi sobre mercado interior y competitividad, respectivamente, marcarán la legislatura 2024-2029 de la Comisión Europea

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Lo que eran simplemente unas propuestas sobre la necesidad de reformas profundas en la UE, lanzadas hace dos años por parte de dos ilustres políticos italianos, Mario Draghi y Enrico Letta, se han convertido hoy en dos informes que acaparan el máximo interés de Bruselas y que pueden marcar la hoja de ruta de la UE para los próximos años.

Ambos informes han sido encargados por la presidenta de la Comisión Úrsula von der Leyen, que acaba de empezar su segundo mandato (2024-2029).

En mayo de 2022,  dos propuestas  iniciales  de Letta y Draghi  sobre el futuro de la UE vieron  la luz. Ambas reclamaban proceder de forma urgente a un salto cualitativo para garantizar el futuro de la UE, de lo contrario “peligraba su misma existencia”.

Mario Draghi

La primera propuesta venía de Mario Draghi, entonces primer ministro de Italia, considerado por muchos como uno de los candidatos más distinguidos a figurar en el «panteón de los Padres de Europa», si algún día llegara a crearse. Esto era así principalmente por su gestión como presidente del Banco Central Europeo (BCE) en 2012, en plena crisis del euro, cuando pronunció aquellas famosas palabras: “haremos lo que sea necesario (whatever it takes) para salvar el euro”. La moneda única europea y la propia UE corrían entonces un «peligro existencial» y  fueron salvadas  por Draghi. Hoy él cree que la UE vuelve a verse amenazada por un «peligro existencial» y una «larga agonía», si no reacciona a tiempo.

La propuesta de Draghi del año 2022 fue formulada ante el Parlamento Europeo reunido en sesión plenaria en Estrasburgo.

Intervenía por primera vez como primer ministro de Italia. Allí proclamó solemnemente que “la UE necesita más integración para afrontar los retos del presente; ante todo hay que superar los defectos  de su gobernanza  y después los de la falta de competitividad, que van ligados“.

Insistió en la necesidad de “adoptar un federalismo pragmático para reformar las instituciones europeas, si es necesario reformando también los tratados fundacionales”. “Las instituciones que nuestros predecesores han construido en las últimas décadas han servido bien a los ciudadanos europeos, pero son inadecuadas para la realidad que hoy confrontamos. La pandemia y la guerra de Ucrania han llamado a las instituciones europeas a responsabilidades mal asumidas hasta ahora. El marco geopolítico está en rápida y profunda transformación. Debemos movernos y hacerlo con la máxima velocidad“.

Draghi centró sus ataques en materia de gobernanza especialmente contra el mantenimiento de la regla de la unanimidad en la toma de decisiones de la UE.

“La construcción de una defensa común debe ir acompañada de una política exterior unitaria y de mecanismos efectivos en la toma de decisiones. Debemos superar el principio de unanimidad, que genera una lógica intergubernamental de vetos cruzados y debemos avanzar hacia decisiones tomadas por mayoría cualificada. Una Europa capaz de tomar decisiones en el momento oportuno es una Europa más creíble frente a sus ciudadanos y frente al mundo. Los Padres Fundadores de la UE intuyeron que el desarrollo económico y el progreso social eran difíciles de conseguir a través de los recursos nacionales individuales. Las distintas crisis derivadas del conflicto de Ucrania se producen en un momento en que Europa ya tenía unas necesidades de gasto enormes. La transición ecológica y digital exige una inversión ineludible. A estos hay que sumar los costes de la guerra, que debemos afrontar de inmediato, para evitar que nuestro continente caiga en recesión. Ningún presupuesto nacional puede sostener todos estos esfuerzos por sí solo. Necesitamos más ambición en el proceso de integración“.

De unas propuestas de 2022 formuladas por Draghi sobre el futuro de la UE, se ha pasado a un informe que acaba de hacerse público en septiembre de 2024.

Se trata de un documento en el que propone «salvar a Europa, salvarla de la agonía económica y geopolítica». «Europa se ve confrontada a un reto existencial si no es capaz de superar la brecha tecnológica que la separa cada vez más de Estados Unidos y China». La hoja de ruta que recomienda no es fácil ni rápida. Pide una inversión de 800.000 millones de euros anuales para que la UE «mantenga su razón de ser».

“Por primera vez después de la Guerra Fría, nunca la UE había tenido que temer tanto por su supervivencia como en la actualidad, ni ha tenido, por tanto, una necesidad tan imperiosa como dar una respuesta unificada a sus desafíos de futuro“.

Draghi  diagnostica tres retos para la UE en su informe.

Primero: superar la brecha de innovación con Estados Unidos y China, principalmente en tecnologías avanzadas.

Segundo: coordinar mejor el esfuerzo europeo en el proceso de descarbonización.

Tercero: afrontar los riesgos de seguridad.

Explica que la UE carece de gigantes tecnológicos domésticos comparables a los americanos y chinos. Esto le puede permitir actuar como regulador “neutral” y no politizado, “la UE es pionera y líder mundial en regulación, pero eso no es suficiente”. “Paradójicamente, el fracaso en la creación de grandes tecnológicas europeas también ha permitido que, de alguna manera, la UE haya podido ser más ambiciosa en la regulación de este sector”.

Según Draghi, la brecha existente entre la UE en relación con Estados Unidos y China no se debe, pese al título de su informe, a la competitividad de las empresas europeas, sino al lastre de la productividad, consecuencia del gran salto tecnológico actual. La UE debe acelerar la innovación a todos los efectos para mejorar la productividad. Éste es núcleo duro de su informe.

La renta disponible real por habitante ha aumentado desde principios de siglo dos veces más en Estados Unidos que en Europa. A principios de siglo, el PIB de Estados Unidos estaba un 30% por debajo del de Europa, hoy es al revés. Esto es consecuencia principalmente de la menor productividad europea. «Hay que hacer más productivo el tejido productivo europeo, impulsando la innovación». Draghi advierte que es crucial que la productividad mejore «de forma urgente». Si no es así, está en riesgo incluso la financiación del modelo social europeo y, con ello, la supervivencia de la UE.

Al final de su informe, que tiene más de 400 páginas, Draghi hace 170 recomendaciones sobre las siguientes bases:

  • Urge reavivar la productividad.
  • La UE debe ser más integrada y resiliente.
  • Debe acelerar la innovación y los nuevos motores de crecimiento, está muy retrasada en los nuevos sectores tecnológicos; insiste en que hoy sólo cuatro de las mayores empresas tecnológicas del mundo son europeas.
  • Es necesario aumentar las inversiones en innovación y facilitar la comercialización de los productos resultantes, eliminando barreras burocráticas; no es aceptable que dos tercios del presupuesto de la UE se dediquen todavía a agricultura y política regional.
  • Debe disminuirse la dependencia de terceros países, sobre todo de China, para suministros críticos, como materias primas y semiconductores, y reforzar la industria europea de la defensa.
  • Es necesario completar la unión de mercado de capitales  para atraer la inversión privada necesaria, junto a la emisión de deuda europea mancomunada; se necesitan 800.000 millones de euros de inversión al año.
  • Es necesario reducir la dependencia y los costes energéticos, mediante un plan que combine la descarbonización con el desarrollo y especialización en tecnologías limpias.
  • Es necesaria una nueva estrategia industrial europea, la UE dispone de medios para tener una economía competitiva.
  • No será fácil superar las resistencias nacionales que protegen a sus operadores domésticos, pero lo que interesa es crear no “campeones nacionales” sino “campeones europeos”.
  • El tiempo se agota si no queremos perder la lucha de la competitividad global, que lideran Estados Unidos y China.

Enrico Letta

Las propuestas iniciales de Enrico Letta se concretaron en un artículo aparecido el 15 de abril de 2022 en la revista Il Foglio Quotidiano, bajo el título “Un novo ordine europeo. El manifesto di Enrico Letta“. Proponía actuar sobre los siguientes ámbitos: 1) asuntos exteriores, 2) vecindad, 3) asilo, 4) energía, 5) defensa, 6) social y 7) sanidad. También proponía completar la Unión Económica y Monetaria (UEM), suprimir la unanimidad y el derecho de veto en la toma de decisiones importantes y reformar las instituciones.

De esas propuestas generales se ha pasado a un informe centrado esencialmente en completar el mercado interior de la UE.

Draghi y Letta coinciden en que es necesario terminar la construcción del mercado único europeo, lanzado por Jacques Delors en 1992. “Es algo que todavía no se ha conseguido en los largos años de historia de la UE. Existe un lío de regulaciones nacionales que no lo hacen posible en muchos ámbitos y sectores. No existe un mercado único de capitales, como tampoco un mercado único energético, tecnológico, de innovación, farmacéutico o defensa, para enumerar sólo a los sectores que son más estratégicos. Esta excesiva fragmentación impide que la UE desarrolle su gran potencial y hace que progresivamente pierda protagonismo como potencia global respecto a Estados Unidos y China“.

Las grandes conclusiones del Informe Letta son estas.

  • El contexto internacional actual es muy diferente del que existía en 1992 (creación del mercado interior único por Jacques Delors); hoy la UE debe afrontar “un nuevo mundo de gigantes” (Estados Unidos y China principalmente).
  • Hay que dar un salto adelante en la integración europea, a la altura de lo que se hizo hace treinta años, «estamos ante la última oportunidad para hacerlo».
  • Hay que aprovechar el mercado interior único actualmente existente y perfeccionarlo, puesto que se encuentra muy “fragmentado“;sólo esto permitirá avanzar hacia «una seguridad económica europea» y una «autonomía estratégica».
  • El mercado único sigue siendo el activo más valioso de la integración europea, pero debe reinventarse para extraer todo su potencial y permitir competir y superar “la amenaza real de desindustrialización” en el continente europeo.
  • Es necesario incluir las finanzas en el mercado único y construir un mercado único de capitales y crear una Bolsa especial para las empresas tecnológicas.
Según Draghi, la brecha existente entre la UE en relación con Estados Unidos y China no se debe, pese al título de su informe, a la competitividad de las empresas europeas, sino al lastre de la productividad Share on X

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