Bueno, de hecho sí puedes, o al menos esto es lo que se les dice a los estudiantes de Delaware.
Barbara Kay para Mercatornet.com
El estado de Delaware está a punto de adoptar lo que se conoce como «Regulación 225». Aprobado tanto por la Asociación de Educación del Estado de Delaware como por el Gobernador John Carney, el Reglamento 225 “salvaguardaría” las «características protegidas» de los niños, como género, edad, raza, sexo orientación e identidad de género. La Sección 7.4 (1) del Código de Prohibición de la Discriminación de 225 dice: «Todos los estudiantes inscritos en una escuela pública de Delaware pueden identificarse por sí mismos por cuestiones de género o raza, lo cual se mantiene en la escuela».
Lo del género no es noticia. Pero, ¿la raza? ¿Realmente van a llegar hasta allí? Pues sí, aparentemente parece que están dispuestos.
Demasiado tarde para Rachel Dolezal, ¡ay! ¿La recuerdas? La nativa de Spokane, Washington, que se convirtió en una sensación mediática en 2015 cuando se hizo público que era una mujer blanca que se hacía pasar como negra. Dolezal mostraba su piel oscura y su cabello afro. Pero si lo pensamos bien, en Delaware, nadie podría decir que se “estaba haciendo pasar”. Dolezal se identificaba como «transracial», es decir, cree que «es» negra, y esa creencia se habría afirmado si fuera una estudiante de Delaware hoy.
Dolezal afirmó que su identidad era una analogía directa con la de una persona transgénero. Incluso se comparó con Caitlyn Jenner, que había hecho la transición casi al mismo tiempo que su historia se dio a conocer. Como dijo en una entrevista, «El género se comprende: hemos progresado, hemos evolucionado para comprender que el género no es binario. Ni siquiera es biológico. Pero lo que me parece tan extraño es que la raza tampoco es biológica».
A primera vista, esto parece perfectamente lógico. Si el género no está vinculado biológicamente, y se trata de cómo te sientes, ¿por qué no la raza? El problema es, por supuesto, que el género está vinculado a la biología. Sí, la disforia de género es un fenómeno raro pero real. Pero la noción de que el género es fluido, extenso e inofensivo es una teoría promulgada por transactivistas que se hacen pasar por eruditos, y la teoría ha sido comprada como ciencia establecida por pedagogos progresistas. También comprado por Dolezal, una mujer tristemente afligida con una disforia idiopática.
Cruelmente ridiculizada por «apropiación cultural» y «privilegio blanco», Dolezal se mantuvo fiel a su argumento. Sentí una escondida admiración por ella, porque su razonamiento enarbolaba teorías transgénero exponiéndolas en público. Por supuesto, muchos negros se sintieron ofendidos por sus afirmaciones, y con razón. Pero también muchas lesbianas y homosexuales se sienten ofendidos por los transactivistas. No se sienten para nada sujetos a la fluidez de género y se resisten a la apropiación de sus identidades basadas en la biología.
Tengo una teoría del huevo y la gallina sobre todo el fenómeno trans que estamos presenciando. Solo despegó a lo grande cuando los medios químicos estuvieron disponibles para imitar artificialmente al sexo opuesto en el modo de presentarnos externamente. En otras palabras, la noción de que uno nació en el cuerpo equivocado solo se convirtió en un contagio social cuando uno ha podido acercarse al aspecto de la identidad asumida a través de medicación. Ciertamente hubo disfóricos de género verdaderos antes de la edad de la terapia hormonal, pero estaban atrapados en sus cuerpos de nacimiento. Ese no es el caso hoy. Huevo, gallina.
Big Pharma debe estar muy contenta con esta tendencia al alza, ya que los niños que se presentan como trans y son alentados a la transición se pasarán toda la vida consumiendo hormonas. Eso es bueno para las compañías farmacéuticas especializadas en hormonas. Por el momento, no hay una hormona para oscurecer la piel. Pero, ¿y si hubiera? Si yo fuera un ejecutivo amoral de Big Pharma, me estaría preguntando qué se necesitaría para crear una sustancia similar a una hormona que modifica tu piel y la mantiene oscura mientras la sigas tomando. Y que, a diferencia de las hormonas cruzadas, no te haga estéril.
Habría un gran mercado para estas drogas. A los estudiantes blancos se les está enseñando desde la primera juventud que el blanco es el pigmento de la opresión de la piel. Imagine toda esa culpa liberada con una píldora diaria.
En otra noticia, que podemos relacionar pedagógicamente con la anterior, el Georgian College de Barrie, Ontario, ha cancelado un grado de homeopatía de tres años después de una ola de indignación por parte de los críticos con esta “terapia”. La homeopatía es una forma de tratamiento para afecciones médicas basada en la teoría de «lo similar cura lo similar»: que la sustancia que causa una enfermedad en personas sanas, cuando se diluye masivamente, eliminará los mismos síntomas en personas enfermas. No hay base científica o prueba de esta teoría, y los profesionales médicos atribuyen los éxitos homeopáticos al efecto placebo.
Las críticas despectivas hacia el grado propuesto por los verdaderos científicos incluían acusaciones de «charlatanería», «pensamiento mágico» y «pseudociencia». Sería agradable presenciar más triunfos como éste de la ciencia sobre el dogma.
Traducción de Infogender