En 2016, los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU. comenzaron a reclutar menores transgénero para un estudio de $ 5.7 millones, el más grande hasta la fecha.Será el primero en seguir los efectos médicos de retrasar la pubertad y solo el segundo en rastrear también sus efectos psicológicos.
Como el sitio web del Centro de Excelencia UC San Francisco para la Salud Transgénero señala: «Aunque clínicamente cada vez es más común, no se ha publicado el impacto de los medicamentos de la GnRH [los medicamentos bloqueadores de la pubertad] administrados a los jóvenes transgénero en la pubertad temprana, más o menos a los 12 años de edad».
En septiembre de 2017 la Sinopsis de prácticas clínicas JAMA sobre el tratamiento hormonal de la disforia de género ofrecía seis recomendaciones principales, tres de las cuales animaban a la administración de hormonas (desde la adolescencia) y a la cirugía (tratamiento post-hormonal), a pesar de que la evidencia de estas tres tenía un respaldo “bajo” o “muy bajo”.
Claramente, emitir recomendaciones terapéuticas importantes basadas en evidencia baja o nula es incompatible con las buenas prácticas. La Universidad de Bath del Reino Unido, que ha analizado las contradicciones existentes en estos estudios, ha rechazado recientemente que un investigador – el cual es un psicoterapeuta identificado como gay y miembro de la Asociación Profesional Mundial para la Salud Transgénero – pueda investigar a personas que se arrepienten de su cirugía de reasignación de género al no estar de acuerdo con su sexo de nacimiento.
En base a los escasos datos que tenemos, muchos de los cuales no indican resultados positivos de la práctica a largo plazo, es imposible recomendar la transición de género a menores en base a pruebas seguras o evidentes. En ausencia de resultados verificables, lo que tenemos es una ideología estridente impuesta como un totalitarismo blando. No es pro ciencia, no es ciencia.
Extracto del artículo del artículo Transgénero: ¿una religión patrocinada por el Estado?, de Andre Van Mol, MD, copresidente del Comité del Colegio Americano de Pediatras sobre Sexualidad Adolescente, publicado en Public Discourse.