Las pretensiones de los activistas transgénero son filosóficamente incoherentes.
Reproducimos por su interés el artículo publicado por Ryan T. Anderson en Mercatornet:
«La gente dice que vivimos en una era postmoderna que ha rechazado la metafísica. Eso no es del todo cierto.
Vivimos en una era postmoderna que promueve una metafísica alternativa. Como explico en » Cuando Harry se convirtió en Sally «, en el corazón del momento transgénero hay ideas radicales sobre la persona humana, en particular, que las personas son lo que dicen ser, independientemente de la evidencia contraria. Un niño transgénero es un niño, no simplemente una niña que se identifica como un niño.
Es comprensible por qué los activistas hacen estas afirmaciones. Una discusión sobre las identidades transgénero será mucho más persuasivo si se trata sobre quién es alguien, no meramente sobre cómo se identifica alguien. Y así la retórica del momento transgénero está llena de afirmaciones ontológicas: las personas son el género que prefieren ser. Eso es lo que declaran.
Los activistas transgénero no admiten que esto sea una declaración metafísica. No quieren tener un debate en términos filosóficos, por lo que lo disfrazan como si fuera una afirmación científica y médica. Y han incorporado a muchas asociaciones profesionales a su causa.
Así, la American Psychological Association, en un folleto titulado » Respuestas a sus preguntas sobre personas transgénero, identidad de género y expresión de género «, nos dice: «Transgénero es un término general para personas cuya identidad de género, expresión de género o comportamiento no se ajusta a lo típicamente asociado con el sexo al cual fueron asignados en el nacimiento «.
Observe la politización del lenguaje: el sexo de una persona se «asigna al nacer». En 2005, incluso la Campaña de Derechos Humanos se refería en cambio a «sexo de nacimiento» y «sexo físico».
La frase «sexo asignado al nacer» se favorece ahora porque deja espacio para presentar la «identidad de género» como la base real del sexo de una persona.
En la declaración de una “experta”, ante un tribunal federal de Carolina del Norte sobre la H.B. 2, la Dra. Deanna Adkins dijo: «Desde una perspectiva médica, el determinante apropiado del sexo es la identidad de género». Adkins es profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke y directora del Centro de Duke para la Atención de Género de Niños y Adolescentes (que se inauguró en 2015).
Adkins argumenta que la identidad de género no es solo la mejor base para determinar el sexo, sino que “es el único determinante del sexo, médicamente respaldado». Todo otro método es mala ciencia, afirma: «Es contrario a la ciencia médica usar cromosomas, hormonas, órganos reproductivos, genitales externos o características sexuales secundarias para anular la identidad de género con el propósito de clasificar a alguien como hombre o mujer».
Esta es una afirmación notable, sobre todo porque recientemente se argumentaba que el género es solo una construcción social, mientras que el sexo es una realidad biológica. Ahora, los activistas afirman que la identidad de género es el destino, mientras que el sexo biológico es la construcción social.
Adkins no dice si aplicaría esta regla a todas las especies de mamíferos. Pero, ¿por qué debería determinarse el sexo de forma diferente en los humanos que en otros mamíferos? Y si la ciencia médica sostiene que la identidad de género determina el sexo en los humanos, ¿qué significa esto para el uso de medicamentos que tienen diferentes efectos en hombres y mujeres? ¿La dosis adecuada de medicamento depende del sexo del paciente o de la identidad de género?
Pero, ¿qué es exactamente esta «identidad de género» la cual se supone que es la verdadera determinante médica del sexo? Adkins la define como «el sentido interno de pertenencia de una persona a un género particular, tales como hombre o mujer».
Tenga en cuenta ese “tales como», lo que implica que las opciones no están necesariamente limitadas a hombres o mujeres. Otros activistas son más abiertos al admitir que la identidad de género no tiene que restringirse a la elección binaria de hombre o mujer, sino que puede incluir ambos o ninguno. La American Psychological Association, por ejemplo, define «identidad de género» como «el sentido interno de una persona de ser hombre, mujer o cualquier otra cosa«.
Adkins afirma que ser transgénero no es un trastorno mental, sino simplemente «una variación normal del desarrollo». Y afirma, además, que los profesionales médicos y de salud mental que se especializan en el tratamiento de la disforia de género están de acuerdo con este punto de vista.»
Continuará…
Traducido por:
MªDolores Domènech Vicens |