Dependiendo de la mirada que adoptemos, evaluaremos la utilidad, bondad y conveniencia de algo de manera distinta. Así bien en nuestro día a día puede predominar una mirada ambiental, económica, individualista…
Esta diversidad de miradas no solo es aplicable en decisiones cotidianas y tal vez más simples, sino también en áreas como los negocios, la educación, la sanidad y las relaciones internacionales. Sin embargo, surge una pregunta importante: ¿Qué mirada debería de tener prioridad por encima de las otras en nuestra vida diaria, ya sea en el hogar, en el trabajo o en la toma de decisiones políticas?
Mirada relacional
Desde una visión cristiana, la mirada hacia el prójimo (relacional) tiene una importancia central. El cristianismo es, en esencia, una «religión relacional».
En la fe cristiana, la relación es fundamental desde la misma concepción de Dios, quien se revela como una Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, coexistiendo en una relación perfecta y armoniosa.
La creación del ser humano, tal y como relata el Génesis, es un acto relacional, ya que Dios crea al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, destacando la importancia de la relación desde el inicio.
A lo largo de la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, se enfatiza la importancia de las relaciones. Los pactos en el Antiguo Testamento, como el hecho con Abraham, son acuerdos relacionales que reflejan el compromiso y la fidelidad de Dios hacia su pueblo.
En el Nuevo Testamento, Jesús subraya la importancia de perdonar a los demás y su sacrificio en la cruz se centra en la mirada relacional de misericordiosa entre Dios y la humanidad.
Influencia de una mirada relacional
Los cristianos están llamados a priorizar las relaciones en su vida diaria, buscando el bienestar de estas en todos los ámbitos: en la familia, en el trabajo, en la comunidad y en la sociedad en general.
Además, esta mirada relacional debe influir en la sociedad y las decisiones públicas, abogando por políticas que fortalezcan las relaciones familiares y comunitarias, en lugar de centrarse exclusivamente en el crecimiento económico o en los derechos individuales.
El bienestar del individuo y de la sociedad no depende exclusivamente de la riqueza o los ingresos, sino de la calidad de las relaciones en las familias, en los barrios y comunidades comunidades y en la sociedad en general. En definitiva, depende en última instancia de una mirada relacional.
La mirada es el portal que conecta nuestro interior con el mundo.
Es necesario el liderazgo de construir con una mirada atenta que pueda transformar la vida de quien la recibe.
Encontrar la verdad es simple, basta mirar al otro de forma relacional, en un acto de amor que nos saque de nuestro egoísmo y nos impulse a actuar en beneficio de quienes más lo necesita. Y tú ¿Cómo miras?