Los miembros canadienses del parlamento están intentando aprobar una ley que proteja los derechos de conciencia de los médicos, ya que los líderes del gobierno buscan ampliar el acceso a la eutanasia en el país y eso pondría en riesgo la libertad de conciencia de los médicos.
El diputado conservador David Anderson presentó el proyecto de ley C-418 en octubre como un proyecto de ley privado proveniente de un miembro privado, que busca proteger a los médicos que no están dispuestos a aplicar la eutanasia a sus pacientes o proporcionar medicamentos para muertes inducidas.
Y es que las leyes como la que se debate en la actualidad en el parlamento español, ponen en entredicho la labor de los médicos, cuya razón de ser es ayudar a salvar la vida de sus pacientes, pero que en un contexto de eutanasia legalizada se convierten en promotores activos de la muerte en profunda contradicción con su razón de existir.
Una violación del Juramento Hipocrático
Anderson afirmó que se sintió inspirado para presentar el proyecto de ley después de escuchar las quejas de los médicos de que las políticas de «asistencia médica para morir» (MAID) de Canadá constituían una violación del Juramento Hipocrático.
«Una parte de ese juramento es ‘no administraremos veneno'», dijo Anderson al medio digital CNA en una entrevista. «Así que está claro, ¿verdad? Y, sin embargo, ahora se espera que el sistema médico sea el que realmente administre estos medicamentos que terminan con la vida de las personas».
La propuesta de este diputado convertiría en ilegal «intimidar a un médico, enfermero, farmacéutico o cualquier otro profesional de la salud con el fin de obligarlos a participar, directa o indirectamente, en la prestación de asistencia médica para morir».
El proyecto también consideraría un delito despedir a alguien por negarse a participar en MAID. Este aspecto es fundamental ya que el sistema de salud de Canadá es administrado por el gobierno, y administra las condiciones de trabajo de los médicos.
Un sistema que pone en riesgo a los débiles
El año pasado, la aplicación del MAID representó el 1,12% del total de muertes en Canadá y, aunque los canadienses tienen la opción de autoadministrarse las drogas para terminar con sus vidas, solo una sola persona eligió esta opción.
Anderson considera preocupante el MAID ligado al envejecimiento de la población de Canadá y un sistema de salud cada vez más costoso. Eso, según el diputado, podría llevar a la deshumanización.
Actualmente, en Canadá, las mujeres que reciben un diagnóstico prenatal de discapacidad son «alentadas a abortar a su hijo antes de nacer para que no formen parte de nuestro sistema médico más allá de ese evento», sostiene Anderson. El diputado está preocupado de que esta actitud se pueda ampliar y ver a los ancianos y las personas con discapacidades como costos innecesarios para el sistema de salud.