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Una mujer es asesinada por su fe

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La trágica historia de Bindu Sodhi, una mujer cristiana brutalmente asesinada el 24 de junio en Toylanka, Chhattisgarh, India, conmueve y llama a reflexionar sobre la severa persecución que enfrentan los cristianos en diversas partes del mundo. 

Conversión

Su conversión al cristianismo hace cuatro años marcó el inicio de una serie de amenazas y hostigamientos por parte de sus propios familiares hindúes. 

El asesinato de Bindu no es un caso aislado. La violencia contra los cristianos en Chhattisgarh ha alcanzado niveles alarmantes, con incidentes continuos de agresiones y asesinatos. 

Persecuciones e ideología Hindutva

Solo en junio, siete cristianos de un pueblo cercano fueron atacados, y en mayo, otro cristiano fue brutalmente golpeado y apuñalado hasta la muerte.

Esta oleada de violencia es fomentada por la ideología del Hindutva. La división entre las diferentes confesiones se ha intensificado debido a su profusión. El hindutva tiene sus raíces en las disputas comunales que surgieron a principios del siglo XX en la India bajo el dominio británico, siendo el Rashtriya Swayamsewak Sangh (RSS) la principal organización extremista asociada con la promoción de este movimiento.

Aunque la legislación india prohíbe los comportamientos promovidos por los defensores del nacionalismo hindú, el Bharatiya Janata Party (BJP), uno de los partidso políticos más influyentes en la actualidad, muestra simpatía por ciertos preceptos del hindutva.

Esta simpatía complica la persecución de tales comportamientos y contribuye a «politizar aún más la religión, incrementando su impacto en la sociedad».

Por tanta, se trata de una ideología vinculada al nacionalismo hindú que cuenta con el apoyo del actual Gobierno. Una ideología que propone la construcción y el mantenimiento de una identidad nacional basada en la religión hindú.

Minoría cristiana

Los cristianos, que representan menos del 2% de la población de Chhattisgarh, se encuentran en una situación precaria, enfrentándose a amenazas constantes y ataques físicos que muchas veces cuentan con la complicidad o la indiferencia de las fuerzas del orden.

El caso de Bindu es particularmente desgarrador no solo por su brutal asesinato, sino también por el trato inhumano hacia su familia tras su muerte. Los familiares de Bindu, además de sufrir la pérdida de un ser querido, se vieron impedidos de darle una sepultura digna.

 La policía, en lugar de buscar justicia y castigar a los culpables, arrestó a aquellos que simplemente reclamaban el derecho de enterrar a la joven asesinada. Este acto de crueldad institucional refleja una profunda falta de humanidad y un preocupante sesgo en el cumplimiento de la ley.

Alzar la voz

La comunidad cristiana, agotada por la inacción de las autoridades y el continuo acoso, ha empezado a alzar su voz. El 24 de junio, cientos de cristianos, liderados por el Chhattisgarh Christian Forum, organizaron una protesta para exigir justicia y protección.

Este acto de valentía es el testimonio de una comunidad que lucha por sus derechos más básicos: el derecho a vivir en paz, a practicar su fe y a recibir justicia.

 

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