En el PSOE existen cristianos, en su gran mayoría católicos, aunque menos visibles que antes. Entre ellos se encuentra el nuevo presidente de la Generalitat, Salvador Illa, quien ha expresado su afinidad con el humanismo cristiano. Este tipo de declaraciones deben tomarse en serio, celebrando su pronunciamiento público y exigiendo coherencia entre sus creencias y sus actos políticos. Vale la pena recordar que el catolicismo no es una fe a la carta, sino un canon que define un camino de vida.
En este contexto, resulta relevante la Carta a los cristianos socialistas ante el próximo Congreso Federal del PSOE, publicada por la Corriente Social Cristiana. Este documento resalta, además de algunas coincidencias en temas socioeconómicos, su oposición a propuestas que consideran contrarias al cristianismo y a lo reiterado por el Papa Francisco. Específicamente, rechazan la inclusión en la Constitución española del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo y del matrimonio entre personas del mismo sexo.
La carta recuerda que el Papa Francisco ha condenado el aborto de manera constante desde el inicio de su pontificado. “El aborto supone la eliminación de una vida humana en gestación, algo inaceptable no sólo para las grandes religiones, sino también desde un elemental humanismo”, afirman, subrayando la incoherencia de un cristianismo que se autodenomina humanista, como el del presidente Illa, con estas prácticas. Para reforzar su posición, citan al embriólogo británico Lewis Wolpert: “El momento más importante de tu vida no es tu nacimiento, ni tu matrimonio, ni tu muerte, sino la gastrulación”.
En cuanto al matrimonio entre personas del mismo sexo, la carta hace referencia a la exhortación apostólica Amoris Laetitia, donde el Papa Francisco afirma que “no existe ningún fundamento para establecer analogías entre las uniones homosexuales y el designio de Dios”. Los firmantes concluyen que resulta inaceptable que un militante socialista cristiano apoye la constitucionalización del aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Finalmente, la carta insta a los cristianos socialistas a actuar con coherencia en el próximo congreso del PSOE, poniendo sus principios por encima de los intereses políticos. “Necesitamos que prevalezca la conciencia de los cristianos en la vida política, no la política en la vida cristiana”, subraya.
Esta llamada pone de manifiesto la cada vez menor presencia del catolicismo como testimonio vivo en los partidos políticos. Los aparatos dirigentes suelen silenciar voces cristianas cuando resultan incómodas, y los militantes que no se alinean con la línea oficial frecuentemente son apartados de puestos de representación. Esta realidad ha llevado a muchos a optar por el silencio o a retirarse de la vida política.
En el contexto actual, las posibilidades de los cristianos de influir dentro de los partidos son escasas. La cultura política dominante choca con los valores del cristianismo, especialmente en partidos que operan bajo una lógica oligárquica, donde lo que se valora es la obediencia al líder, no el mérito o las virtudes personales.
Frente a esta situación, el testimonio cristiano en política se encuentra en desventaja, ya que promueve la libertad en la búsqueda de la verdad, algo que choca con la dinámica de consignas y estrategias de poder que prevalece hoy día. Por ello, resulta necesario un movimiento cristiano fuerte, surgido de la sociedad civil y capaz de incidir en la política desde fuera de la estructura de los partidos, obteniendo resultados concretos sin quedar atrapado en la lógica partidista.