Un icono de la Anunciación de Homs (Siria) dañado: un testigo silencioso…

Con Ayuda a la Iglesia Necesitada hemos traído a Cataluña un Icono de la Anunciación que viene de una iglesia greco ortodoxa de Homs en Siria y al que dispararon los terroristas del ISIS cuando invadieron la ciudad. Se ven los agujeros de las balas, una aún está incrustada.

Los iconos son objetos: no valen por lo que son, sino por lo que significan: son una ayuda para profundizar en la comunión con Dios. Este icono no habla, pero es un testigo silencioso, si lo escuchamos con el corazón (Saint Exupery decía que lo esencial es invisible a los ojos) y tiene algo importante que decirnos…

Ante todo es un testigo de AMOR, del amor infinito de un Dios que no solo nos ha creado, sino que para rescatarnos de la nada se hace compañero de camino, se hace carne. Pero su propuesta, su petición pide la colaboración libre de la criatura, pide el SI de la Virgen.  Su SÍ nos trajo a Cristo, allí empezó el cristianismo. La Encarnación – decía Charles Péguy  – es el genio del cristianismo: lo eterno se une a lo temporal, lo espiritual a lo carnal, lo infinito a lo finito.

                                                   El Icono completo: se aprecian los agujeros de bala

También es un testigo del mal del mundo y del odio a Cristo. Los islamistas destruyen las cruces, destrozan las imágenes y decapitan las estatuas de la Virgen allí donde pueden entrar a profanar las iglesias.

También nos habla de la FE de nuestros hermanos perseguidos de Siria, que no se rinden y están dispuestos a perderlo todo para no renunciar a su fe. ¡Cuántos habrán rezado ante esta imagen! ¡Cuánto dolor, cuántas peticiones habrá escuchado la Virgen! Este icono nos habla de Siria, pero también de muchos otros países donde los cristianos son perseguidos y sufren como en Iraq cuando más de 115.000 personas de la plana de Nínive  tuvieron que huir de noche, sin nada; o como Venezuela, tantos países de África, y ahora Armenia, e incluso los asesinados de Niza…  Poderlo tener entre nosotros es un regalo de nuestros hermanos sirios. Y su testimonio nos hace ver que es posible tener ESPERANZA, incluso en situaciones terribles. Y además son capaces de PERDÓN, no odias a sus perseguidores. Debemos aprender esta capacidad de perdonar. Si es tan importante que las comunidades cristianas no desaparezcan de Oriente Medio y de tantos países  es porque el perdón es propio de los cristianos, ni judíos ni musulmanes tienen la categoría del perdón. Son la esperanza de paz para Tierra Santa y todo Oriente Medio.

Detalle de la Virgen, con una bala incrustada

Hoy hay mucho miedo e incertidumbre: miedo del virus, de la crisis, de las amenazas de los terroristas, de la soledad, de la pobreza, de la falta de significado en la vida,… Los mártires nos muestran que nosotros, en la medida que pertenecemos a Cristo, ya somos vencedores: podrán limitar nuestras libertades, podrán robarnos y oprimirnos, hasta matarnos, pero “no nos podrán separar del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús”.

Quiero subrayar que este icono viene de una iglesia greco ortodoxa: es un ejemplo del “ecumenismo de la sangre”. En estos países la necesidad y la persecución ponen delante la comunión y la ayuda mutua entre creyentes, que viene antes de algunas diferencias de doctrina (que no quiero minimizar, pero sí ponerlas en su justo lugar). Lo primero es vivir la comunión que nos regala la Fe en Cristo.

Para mí la experiencia de acompañar el Icono por tantas misas y actos de adoración ha sido un regalo y una alegría, ha reavivado mi fe y me llena de satisfacción y de correspondencia. Porque Dios no solo nos salva, sino que quiere que seamos ‘socios colaboradores’ suyos en la obra de salvación. Es un gran honor poder colaborar, llenarnos de Cristo que da pleno sentido a la vida: experiencias así hacen crecer el agradecimiento por la presencia de Cristo en mi vida. Y para mí, como para todos, es la ocasión de repetir ahora el SI de María de hace 2000 años. Porque Cristo quiere volver a encarnarse cada día en el corazón de cada uno de nosotros, pero necesita que le abramos la puerta de nuestro corazón, una puerta que se abre sólo desde dentro…