La idea que Francia y Alemania comparten es construir una Europa “más fuerte y soberana” y evitar así convertirse en un “juguete” de las grandes potencias. Como elemento básico de esa fortaleza, Macron defiende la creación de un controvertido ejército europeo. Mucho camino queda por recorrer todavía a esta idea para que se asiente en la sociedad como una necesidad, cuando en la propia Francia crece el malestar social, como hemos comprobado y hasta sufrido los últimos días, por el aumento de los impuestos y del coste de la vida. Lo evidente es que hacen falta liderazgo e iniciativa para frenar los populismos que dinamitan la Unión Europea y afrontar esa encrucijada histórica en la que se encuentra el mundo.