El acceso a la anticoncepción se ha convertido en un tema candente en Estados Unidos. Recientemente, un grupo de defensa del aborto colocó un dispositivo intrauterino (DIU) inflable de más de 6m de altura frente a la estación Union en Washington, D.C., para subrayar su determinación de establecer el supuesto derecho a la anticoncepción.
Este acto simbólico fue organizado por Americans for Contraception (AFC), quienes aseguran que «todo está bajo ataque» desde que tuvo lugar el fallo de la Corte Suprema de EE.UU. en 2022 en el caso Dobbs v. Jackson Women’s Health, que eliminó el derecho constitucional al aborto.
El contexto político
El evento coincidió con una votación en el Senado sobre el proyecto de ley Right to Contraception Act, patrocinado por los demócratas. Aunque la medida no logró obtener los 60 votos necesarios para avanzar, los partidarios del proyecto planean usar esto como un punto de presión contra los republicanos que votaron en contra. En paralelo, la Cámara de Representantes también buscará una votación sobre una medida similar, subrayando la intención de los demócratas y los defensores de los «derechos reproductivos» de convertir el acceso a la anticoncepción en un tema clave de cara a las elecciones de noviembre.
La controversia
Mary Szoch, directora del Centro para la Dignidad Humana del Family Research Council, desestima la necesidad de tal legislación, calificándola de un «falso problema». Según Szoch, el uso de anticonceptivos está respaldado por decisiones previas de la Corte Suprema y no está bajo ataque ni a nivel estatal ni federal. «Ningún estado, ni nadie a nivel federal está siquiera hablando de prohibir la anticoncepción», afirmó Szoch.
Argumenta que los demócratas están utilizando tácticas de miedo para convertir algo que no es un problema en un tema político.
Sin embargo, los demócratas y los defensores del supuesto derecho a la anticoncepción argumentan que la Corte Suprema no es fiable para mantener sus fallos anteriores, citando declaraciones del juez Clarence Thomas sugiriendo que la Corte debería reconsiderar decisiones pasadas basadas en el mismo fundamento legal que fue utilizado para revocar Roe v. Wade.
Opiniones contrapuestas
Todos los republicanos, excepto dos, votaron en contra del proyecto de ley del Senado, argumentando que no solo era innecesario, sino problemático, ya que no protegía la libertad religiosa de empleadores y proveedores que consideran la anticoncepción inmoral.
Además, la definición amplia de «anticonceptivo» en el proyecto de ley, que incluye «cualquier droga, dispositivo o producto biológico destinado a prevenir el embarazo o para otras necesidades de salud», podría abarcar el mifepristone, un medicamento abortivo cuyo uso está restringido y actualmente es objeto de un caso ante la Corte Suprema.
El American Principles Project también ha criticado el proyecto de ley, sugiriendo que podría interpretarse de manera que impida a los proveedores de atención médica negar procedimientos de «reasignación de género» a menores, incluyendo medicamentos bloqueadores de la pubertad y cirugías genitales.
Marjorie Dannenfelser, presidenta de SBA Pro-Life America, describió el Right to Contraception Act como el «Payouts for Planned Parenthood Act», argumentando que el proyecto de ley canalizaría dinero hacia la industria del aborto y crearía un «derecho» a los medicamentos abortivos, además de anular las protecciones de conciencia. Dannenfelser afirmó que la anticoncepción es legal y está disponible en todos los estados, financiada por el Congreso a través de numerosos programas federales cada año.
La estrategia electoral
El grupo Americans for Contraception ha anunciado una campaña multimillonaria para atacar a los legisladores que votaron en contra del proyecto de ley, planeando introducir proyectos similares en 16 estados y utilizando diversas plataformas para llegar a una audiencia más amplia.
La campaña incluye el apoyo de comunidades de fe y streamers de videojuegos, además de anuncios dirigidos a hombres de 18 a 24 años en ESPN y el podcast The Joe Rogan Experience, utilizando Instagram y TikTok para expandir su alcance.
Por su parte, Szoch sugiere que el tema de la anticoncepción está siendo explotado por los demócratas debido a la necesidad de desviar la atención de otros problemas, como la economía y la crisis fronteriza, de cara a las elecciones de noviembre.
El debate sobre el acceso a la anticoncepción refleja las profundas divisiones políticas y sociales en Estados Unidos.
Mientras los demócratas y los defensores de los derechos reproductivos buscan establecer un derecho explícito a la anticoncepción, los republicanos y grupos pro-vida argumentan que tales medidas son innecesarias y motivadas políticamente. Con las elecciones en el horizonte, este tema promete ser un punto focal en la lucha por el control político y la dirección futura del país.