El comité federal de control y evaluación para la eutanasia legal en Bélgica informó que en los años 2016 y 2017 tres han sido los niños que han muerto a causa de esta práctica antivida. Según informa el diario belga The Brussels Times, este es uno de los datos que aparecen en el reporte del citado comité, difundido el 18 de julio.
“Bélgica legalizó la eutanasia para menores en 2014 y se convirtió en el único país del mundo en permitir esta práctica para niños, aunque también hay evidencias que algunos doctores han intervenido en la muerte de bebés con discapacidad en el país y en Holanda”, señaló el 20 de julio la Sociedad para la Protección de los Niños no Nacidos (SPUC, por sus siglas en inglés), un grupo provida que trabaja desde 1967 en el Reino Unido.
En 2016, indica Lifenews, el profesor Wim Distelmans, anunció que el primer menor en morir siguiendo la ley actual de la eutanasia, era un joven de 17 años de edad. En la mayoría de los casos reportados por el comité federal, se trata de pacientes entre 60 y 89 años que sufren de “polipatologías”, es decir, que se ven afectados por varias enfermedades al mismo tiempo y “hacen que la vida sea insoportable”.
El número de los pacientes que solicitan la eutanasia ha pasado, en los últimos cuatro años, de 232 a 444, teniendo al cáncer como la enfermedad que genera esta gran cantidad de pedidos. SPUC precisó también que un estudio publicado en abril, sobre las decisiones de los pacientes de cáncer en la región belga de Flanders, mostró que por lo menos dos de cada diez pedían la eutanasia o el suicidio asistido por un médico.
El grupo provida inglés explicó que el profesor Distelmans es quien ha monitoreado la eutanasia desde su legalización en Bélgica. Entre los casos más polémicos que ha aprobado está el de un par de gemelos sordos; y el de una persona de 44 años cuya operación de cambio de sexo no tuvo éxito.
En noviembre de 2017, la Alliance Defending Freedom (ADF) interpuso una queja contra Distelmans ante la Corte de Derechos Humanos en representación de Tom Mortier. Mortier se enteró que Distelmans asesinó con una inyección letal a su madre, que sufría de depresión pero que físicamente estaba bien. Tom supo de lo ocurrido con su mamá cuando el profesor le pidió que fuera a la morgue para llenar los documentos para disponer del cadáver.
La Iglesia, a favor de la vida
Por ser una acción directa contra el derecho inalienable a la vida que toda persona tiene, la Iglesia Católica se opone a la eutanasia. El Catecismo de la Iglesia señala que “aquellos cuya vida se encuentra disminuida o debilitada tienen derecho a un respeto especial. Las personas enfermas o disminuidas deben ser atendidas para que lleven una vida tan normal como sea posible”.
Por ello, “cualesquiera que sean los motivos y los medios, la eutanasia directa consiste en poner fin a la vida de personas disminuidas, enfermas o moribundas. Es moralmente inaceptable”.
En ese sentido, precisa el Catecismo, “una acción o una omisión que, de suyo o en la intención, provoca la muerte para suprimir el dolor, constituye un homicidio gravemente contrario a la dignidad de la persona humana y al respeto del Dios vivo, su Creador. El error de juicio en el que se puede haber caído de buena fe no cambia la naturaleza de este acto homicida, que se ha de rechazar y excluir siempre”.