El Video del Papa del mes de octubre acaba de salir a la luz con la intención de oración que Francisco confía a toda la Iglesia Católica a través de la Red Mundial de Oración del Papa. En este caso a través del testimonio como cristianos.
En octubre, mes en que empieza el camino sinodal y se celebra la Jornada Mundial de las Misiones, el Santo Padre profundiza en la naturaleza evangelizadora de la Iglesia y nos llama a todos a ser, justamente, discípulos misioneros.
Esta misión a la que todos los bautizados estamos llamados se centra, sobre todo, en “estar disponibles a su llamada y vivir unidos al Señor en las cosas más cotidianas, el trabajo, los encuentros, las ocupaciones de cada día, las casualidades de cada día, dejándonos guiar siempre por el Espíritu Santo”.
En unos días va a iniciar el Camino Sinodal de la Iglesia, una llamada a caminar juntos, como “Pueblo de Dios peregrino y misionero”. Ya en El Video del Papa del mes de agosto de 2021, Francisco había subrayado la vocación propia de la Iglesia, que es evangelizar. En aquella ocasión, abogaba por seguir, como Iglesia, una “opción más misionera”, que empezaba por “la reforma de nosotros mismos”.
Este mes el Papa profundiza sobre este llamado, invitando a hombres y mujeres a dejarse “mover” por Cristo y dar así testimonio de una vida que contagie a los demás, que atraiga sin obligar ni exigir. En el video nos dice que cada testimonio de vida provoca admiración, y la admiración hace que otros se pregunten: “¿cómo es posible que esto sea así?” o “¿de dónde le viene a esta persona el amor con que trata a todos, la amabilidad, el buen humor?”.
Ser misionero es buscar y fomentar el encuentro personal, cara a cara, de persona a persona. En el libro-entrevista “Sin Él no podemos hacer nada”. Una conversación sobre ser misioneros en el mundo de hoy, donde se recoge un intercambio entre el Papa Francisco y el periodista italiano Gianni Valente, el Santo Padre dice claramente que “la Iglesia crece por atracción y por testimonio”. Se trata de vivir cerca de Jesús, en el encuentro con los demás: “si Cristo te atrae, si te mueves y haces las cosas porque eres atraído por Cristo, otros lo notarán sin esfuerzo. No hay necesidad de demostrarlo, y mucho menos de exhibirlo”. Se trata de encarnar el Evangelio en la vida cotidiana. Un fuego que enciende otro fuego.
“Una Iglesia sinodal tiene que ser una Iglesia misionera, porque la misión debe comenzar con el dinamismo de la escucha recíproca, que es la premisa y la condición necesaria para aceptar aquello que el Espíritu le sugiere a la Iglesia”, afirma el Secretario General del Sínodo de los Obispos, Cardenal Mario Grech. “Solamente orando y abriendo los ojos a todo lo que nos circunda – como nos recuerda el Papa Francisco – podremos percibir la acción del Espíritu Santo que ya se manifiesta, y ser una Iglesia en movimiento, misionera, que evita la autorreferencialidad y que es capaz de ser para todos ese ‘sacramento del cuidado’ que el mundo tanto necesita”.