El número de personas que se suicidan aumenta en los países que legalizan la eutanasia y el suicidio asistido por un médico, según ha revelado una nueva investigación sobre la tasas de suicidio.
Las tasas de suicidios «autoiniciados» son uniformemente más altas en lugares donde la eutanasia y el suicidio asistido son legales en relación a lugares donde tales prácticas siguen estando prohibidas, según una investigación del Centro de Bioética Anscombe con sede en Oxford.
El instituto, que sirve a la Iglesia Católica en el Reino Unido y la República de Irlanda, también descubrió que las mujeres tenían una probabilidad desproporcionadamente mayor de suicidarse en países donde se permite el suicidio asistido.
El profesor David Jones, director del centro, dijo que la evidencia reveló que el suicidio asistido era una amenaza para la prevención del suicidio.
Afirmó: “Estoy realmente preocupado de que la legalización de la eutanasia o el suicidio asistido pueda tener un impacto negativo en las personas que luchan por encontrar sus vidas valiosas y significativas«.
“Ha habido cuatro estudios de revisión por pares sobre suicidio asistido y tasas de suicidio en 2022 y todos apuntan en la misma dirección». Por lo que, “aconsejaría a cualquiera que mirara la evidencia por sí mismo. Es muy preocupante”.
Jones agregó: “La ley del Reino Unido contra el fomento y la asistencia al suicidio juega un papel clave en la prevención del suicidio. Necesitamos preservar esta ley. Hay vidas en juego”.
Anscombe basó sus conclusiones en evidencia de estudios en Bélgica, los Países Bajos, Suiza y los Estados Unidos. Este año España se ha sumado a su lista de países que han legalizado la eutanasia.
Todos los estudios mostraron que las muertes asistidas por médicos iban acompañadas de aumentos asociados en las tasas de suicidios autoinfligidos.
El estudio, llamado “Prevención del suicidio: ¿La legalización del suicidio asistido mejora o empeora las cosas?” encontró aumentos significativos e incrementales en el número de personas que buscaban morir por inyección letal o ingiriendo un cóctel letal y un patrón inesperado de altas y crecientes «muertes autoiniciadas».
Ningún estudio examinado por el centro mostró una reducción en los suicidios no asistidos.
Dos de los artículos considerados por Anscombe se publicaron solo este año. Incluyen uno en el British Journal of Psychiatry que encontró «evidencia bastante fuerte de que el total de suicidios aumenta después de la implementación de leyes de suicidio asistido y evidencia algo más débil de que parte del aumento general se debe a un aumento neto en los suicidios no asistidos».
Otro, publicado en febrero en The Journal of Ethics in Mental Health, reveló que ninguno de los países europeos que ha legalizado la muerte asistida por un médico ha visto una reducción posterior en sus tasas de suicidios violentos.
En cambio, «Eutanasia, Suicidio asistido y Tasas de suicidio en Europa» encontró que la introducción de EAS «es seguida por aumentos considerables en el suicidio (incluido el suicidio asistido) y en la muerte intencional autoiniciada», con las mujeres más «colocadas en riesgo de muerte prematura evitable”.
El documento comparó las tasas de suicidio autoinfligido en las naciones europeas que permiten la eutanasia y el suicidio asistido y encontró que eran consistentemente más altas que las de los países vecinos que no permitían tales prácticas.
La eutanasia se ha legalizado en parte del mundo durante la última década, y ahora se practica ampliamente en Canadá, Australia, Nueva Zelanda y España, con el Reino Unido e Irlanda bajo presión para cambiar sus leyes para permitir la práctica o permitir el suicidio asistido.
1 Comentario. Dejar nuevo
Era de esperar. Las leyes de eutanasia promueven el suicidio, igual que las leyes de “Interrupción voluntaria del embarazo” promueven el aborto. Son fórmulas democráticas y asépticas para llevar a cabo exterminios semejantes a los que perpetraba el nazismo de forma tiránica y brutal. La hipocresía es la virtud que mejor practican estos países civilizados que se llenan la boca con los Derechos Humanos: colaboracionistas encubiertos con la muerte.