Tras la muerte de Steve Jobs el pasado 5 de octubre, no son pocos quienes se preguntan cómo sería el mundo actualmente, como se habrían desarrollado los avances tecnológicos en esta sociedad, si la madre del visionario fundador de Apple e inventor del iPod, iTunes, iPhone e iPad hubiera decidido abortar en lugar de dar a su hijo en adopción.
De alguna manera, la sociedad está en deuda con Joanne Simpson, aquella valiente estudiante graduada que, en 1955, tras un embarazo no deseado y a pesar de que hubiera deseado quedarse con el bebé, se vio obligada por las circunstancias a darlo en adopción a una pareja de clase trabajadora.
El propio Steve Jobs quiso en los comienzos de la década de los 80 encontrar y agradecer en vida a su madre biológica el haber tomado la decisión de seguir adelante con su embarazo a pesar de todo, según cuenta en la nueva biografía oficial sobre Jobs el biógrafo Walter Isaacson.
Isaacson revela la forma en que Jobs inició la búsqueda de su madre biológica incluso recurriendo a un detective privado a quien encomendó esa tarea. A pesar de fracasar inicialmente en su empeño, el genio de la informática insistió después de que su madre adoptiva muriera a mediados de esa década de 1980.
“Yo quería conocerla”
Jobs le explicó a Isaacson la razón por la que estaba tan decidido a encontrar a su madre biológica: “Yo quería conocerla, principalmente para saber si ella estaba bien, y darle las gracias, porque yo me alegré de no haber terminado en un aborto”, dijo.
“Ella tenía 23 años de edad, y pasó por muchas dificultades para poder dar a luz”, explica Jobs en la biografía publicada por Isaacson.
Cabe recordar que en la década de 1950 el aborto era ilegal, y probablemente Joanne Simpson nunca pensó en esa posibilidad tras quedarse embarazada de Abdulfattah Jandali, un inmigrante sirio, a pesar de que ambos temían la indignación de las familias, tanto de ella como de él. Cuando las cosas se complicaron en casa, ella marchó en silencio a San Francisco para tener al bebé y darlo en adopción.
Eventualmente, Jobs pudo encontrar y sostener un encuentro con su madre biológica. Él cuenta que, después de conocerse, a menudo ella rompía en llanto, y se disculpaba por haberlo dado en adopción. “No te preocupes […] Yo tuve una tremenda niñez. Yo terminé my bien”, respondía Jobs, según narra Isaacson.
Cuando la enfermedad de Joanne, de 79 años, empezó a progresar y a dar signos de demencia, su hijo ayudó a ingresarla en una clínica especializada y garantizó el tratamiento hasta el fin de sus días. Jobs siempre rechazó citarse con su padre.
En cualquier caso, si el padre de Joanne no hubiera rechazado a su novio sirio, ella quizás podría haberse casado con Abdulfattah y la historia de Steve Jobs podría haber sido bien diferente.
Quizás hubiera sido igual un genio, pero a buen seguro no habría conocido a Steve Wozniak ni hubiera fundado Apple. Como tampoco hubiera iluminado de sonrisas los rostros de millones de niños con películas como Toy Story y Buscando a Nemo, surgidas de la factoría Pixar, el proyecto que Jobs impulsó en 1986.
En ese sentido, habría que preguntarse cuántas personas geniales nunca han visto la luz porque se dio por sentado que un embarazo no planificado es necesariamente un hijo no deseado y, consecuentemente, el aborto era la mejor solución.
1 Comentario.
[…] También Steve Jobs, genio del emprendedurismo, gurú de la tecnología y creador del iphone, que popularizó las computadoras personales y otros dispositivos inteligentes que revolucionaron el mundo, se enfrentó con el aborto en su vida. […]