Candice Holdsworth es una periodista que escribe en revistas como Imagine Athena, de la que es fundadora, o Spiked. En esta última ha publicado recientemente un artículo en el que expresa su oposición al lenguaje de género neutral, un tipo de lenguaje políticamente correcto que invisibiliza a las mujeres. Como ella misma señala: «Experiencias femeninas como la lactancia, el dar a luz y la menstruación no pueden ser neutralizadas por el género.»
Reproducimos por su interés y actualidad el artículo de Holdsworth:
«¿Has oído alguna vez las palabras «alimentar con el torso»? ¿En qué te hacen pensar? Para mí suena como algo salido de una película de terror de bajo presupuesto. Definitivamente no suena como alimentar a un bebé. Sin embargo, esta semana La Liga de la Leche, una organización que promueve la lactancia materna, dijo que “apoya a todas las familias que amamantan, alimentan con el torso y lo hacen con leche humana”. “Alimentación con leche humana” suena también bastante extraño.
El fin de semana, el fabricante de tampones Tampax se refirió a sus clientes femeninas como «personas con sangrados«. Sands, una organización benéfica cuya labor se realiza en torno a las muertes neonatales, se refirió a las madres como «padres que dan a luz«. Estas empresas han sido objeto de críticas por utilizar un lenguaje neutro en cuanto al género, a pesar de que tener la regla o dar a luz son experiencias claramente femeninas.
Sands se ha disculpado, pero no hay ninguna necesidad real de expresar ninguna disculpa. Las marcas deberían ser libres de venderse como quieran. La pregunta más importante es ¿por qué están usando este lenguaje? ¿Y realmente beneficia a sus clientes?
Muchas marcas y organizaciones parecen haber adoptado una estrategia de relaciones públicas políticamente correcta. Parecen mucho más interesadas en alinearse con los memes de moda en las redes sociales que en tratar de reflejar la vida de la gente de manera auténtica. También es parte de una tendencia a sonar inclusivo. Pero este tipo de lenguaje es totalmente ajeno a la forma en que las mujeres se ven a sí mismas. Las mujeres no se refieren a sí mismas como «padres que da a luz» o «las que alimentan con el torso» o «las que sangran». El lenguaje es chirriante e incluso un poco insultante. Estas palabras no tienen ninguna resonancia verdadera, sobre todo porque nunca se usan en una conversación diaria.
No hay nada intolerante en reconocer que el nacimiento, la lactancia y la menstruación son cosas que hacen las mujeres. La salud de las mujeres tiene su propia historia, con aspectos desagradables. En el pasado, las mujeres morían a menudo al dar a luz y sufrían una agonía insoportable antes de que se pudiera aliviar el dolor. En algunas tradiciones religiosas este dolor se consideraba un castigo de Dios por el hecho de que Eva mordiera la manzana. La menstruación se consideraba supersticiosamente de forma similar y se trataba como un tema tabú. Esto tenía consecuencias reales para las mujeres en la sociedad.
Las cosas son diferentes ahora, pero sigue siendo verdad que tener la regla y dar a luz da forma a la vida de las mujeres en sus aspectos materiales. Tenemos que ser capaces de hablar claramente y con sentido sobre esto. El lenguaje confuso y políticamente correcto oscurece nuestra capacidad de hacerlo.
Por supuesto, los hombres trans tienen su propia experiencia particular sobre lo que es tener un hijo y alimentar a un bebé, al igual que con otros temas de salud. Pero estas palabras vagas y políticamente correctas tampoco describen realmente lo que son sus vidas.
El lenguaje de género neutro contrapone la salud de las mujeres y los problemas de los transexuales. Los presenta como mutuamente excluyentes y generalmente las excluidas son las mujeres.»
1 Comentario. Dejar nuevo
El neolenguaje que mencionó George Orwuell en su novela «1984» se va adueñando lentamente del mundo.