Ante una audiencia universitaria, el obispo auxiliar de Barcelona, Mn Sergi Gordo, ha llamado a los estudiantes a la rebelión frente a un virus más corrosivo que el coronavirus: “el fatalismo”. Es un mal que se expande en nuestra sociedad, haciéndonos creer que “no somos nadie para cambiar el rumbo de la historia”. Sin embargo, la realidad es que “somos seres creados para hacer el bien”.
En la homilía de la misa previa al acto de inauguración del curso académico en la Universitat Abat Oliba CEU (UAO CEU), Mn Sergi Gordo, ha recordado que “el mal no tiene la última palabra, sino que la tiene Dios”.
Las personas tenemos posibilidades de intervenir en nuestro mundo, por eso no puede ser que “en un mundo en el que hay tantos cristianos todavía suframos el mal de la guerra. Si todos fuéramos agentes de paz, otro gallo cantaría”, añade Sergi Gordo.
La novedad de la normalidad
En nuevo curso en la UAO CEU llega con una novedad tan significativa como la vuelta a la normalidad, según ha expresado con satisfacción el rector, Rafael Rodríguez-Ponga.
En su discurso, el rector se ha referido al crecimiento que, por tercer año consecutivo, ha experimentado nuestra universidad en el número de alumnos. Un crecimiento que, además de con el nuevo edificio, ahora se quiere proyectar hacia nuevas áreas de conocimiento, como el de las ciencias de la Salud. Éstos y otros aspectos habían quedado en gran medida reflejados en la memoria del curso anterior, que ha sido presentada por el secretario general, Pablo Nuevo, y resumida en un vídeo.
Aprender y compartirlo
El rector ha intervenido después de que se hubiera impartido la lección magistral del este acto inaugural. En ella, la profesora de los grados de Educación de la UAO CEU, Maite Signes, ha expuesto las cualidades que distinguen al verdadero maestro. Signes ha insistido en que el docente debe conjugar conocimiento con un genuino “saber hacer”. “El oficio de enseñar tiene una dimensión oculta no exenta de magia”, ha señalado.
El maestro comienza su camino en el arte de contemplar el conocimiento y forja su oficio “en la voluntad de compartirlo”. Para ello, la dimensión personal es fundamental, de modo que el aula debe ser vista como un lugar idóneo para “crear espacios de vínculos personales y afectivos”.
Signes también ha reflexionado sobre la enseñanza de la resiliencia en el aula. La resiliencia, ha señalado, “es uno de los elementos que nos definen como especie”, por eso debe ser tratada, más que como un concepto, como “la vida en sí misma”.
En definitiva, según se desprende de la lección magistral (‘Del arte de aprender al oficio de enseñar: educación y resiliencia’), en eso consiste la labor del maestro: ayudar a cada persona a desarrollar todo su potencial, a ser la mejor versión de sí misma. Esto implica, necesariamente, “conocer, preocuparse y ocuparse” del alumno y tener siempre presente que “cada persona que tenemos delante es única e irrepetible”.
Buenas noticias para el conocimiento
En representación de la Generalitat, ha intervenido la la directora general de Universidades, Maria Victoria Girona Brumós, que ha expuesto la apuesta del gobierno autonómico por poner a la “economía del conocimiento” en el centro de las políticas en Cataluña.
En consonancia con este propósito, el año pasado se alcanzó un 14% de incremento en la financiación destinada a conocimiento e investigación. Y el objetivo es que los próximos presupuestos prosigan en esta línea ascendente. “Trabajamos intensamente para poder dar buenas noticias”, ha declarado Girona.
Girona ha mencionado los tres fundamentos de la actuación del gobierno de la Generalitat para la protección y promoción del sistema de investigación en Cataluña: financiación del Plan Estratégico de Universidades, recursos para la transferencia de conocimiento y protección del talento a través de un plan de choque. Todo ello dentro de las líneas de la Ley de Ciencia aprobada en Cataluña.
También ha tenido ocasión de manifestar su opinión sobre la Ley Orgánica del Sistema Universitario, que, “en general, considera que “no es buena”. Desde su punto de vista, es una normativa que “no mira hacia Europa” y con la que el Sistema Universitario de Cataluña “tendrá problemas para desarrollarse”.
Ha cerrado el turno de intervenciones el gran canciller de la Universitat y presidente del CEU, Alfonso Bullón de Mendoza. En su breve parlamento, ha aludido a la carga burocrática que pesa sobre las universidades y a la “gran aventura intelectual” que una universidad no puede dejar de ser. Tras sus palabras, el coro ha interpretado el ‘Gaudeamus Igitur’.