La reciente controversia en Segovia, donde un párroco ha sido acusado por negar la comunión a una pareja de feligreses homosexuales, ha suscitado un intenso debate social. Como católicos, estamos llamados a reflexionar con caridad y fidelidad a las enseñanzas de la Iglesia.
La Eucaristía
La Eucaristía es el sacramento central de nuestra fe.
Su carácter sagrado exige ciertas disposiciones internas y externas para recibirla dignamente, tal como establece la enseñanza de la Iglesia. Según el Código de Derecho Canónico (c. 916 y c. 915), aquellos que se encuentren en un estado de pecado grave no deben acercarse a la comunión hasta haber recibido el sacramento de la reconciliación. Este principio no discrimina entre orientaciones sexuales, sino que aplica universalmente a toda conducta que no esté en conformidad con la moral cristiana.
En un comunicado emitido por el Obispado de Segovia en el día de hoy aclara que:
la negativa de comunión no se debió a la orientación sexual de las personas afectadas, sino a la situación objetiva de convivencia en un estado que la Iglesia no reconoce como conforme a la enseñanza sacramental del matrimonio. Este criterio también se aplica a parejas heterosexuales que convivan fuera del matrimonio sacramental.
No hay discriminación
El Obispado afirma que no hay intención discriminatoria. En el comunicado, el Obispado ha calificado de «juicio difamatorio» el realizado por el PSOE de Segovia al pedir acabar con la «discriminación por orientación sexual» que denunció en parroquias de los municipios segovianos.
San Pablo nos recuerda en 1 Cor 11, 27-29 la importancia de acercarse dignamente al sacramento, y este es un principio que guía la práctica eclesial. No se trata de relativizar la doctrina. Aunque estemos llamados a ser, como Cristo, instrumentos de misericordia, acompañamiento y amor.
Como católicos, no debemos temer estas conversaciones en nuestro entorno; al contrario, son oportunidades para testimoniar el mensaje de Cristo de manera más auténtica y comprometida.
Al mismo tiempo, es esencial que los políticos respeten la libertad religiosa y no instrumentalicen estas situaciones para agendas ideológicas.
La negativa de comunión en Segovia no es un acto de homofobia, sino la realidad y la protección del sacramento de la Eucaristía.
1 Comentario. Dejar nuevo
¿Y a qué se mete el PSOE de Segovia en algo que no le compete en modo alguno? ¿Y a qué vienen hablar de “odio” cuando se trata simplemente de aplicar la doctrina de la Iglesia y excluir de un Sacramente a quienes no reúnen las condiciones para recibirlo? Estos políticos no tienen competencia alguna para entrometerse en ello. Es una cuestión entre la eclesiástica y estos feligreses, los cuales, si fuesen católicos de buena fe, no hubiesen “denunciado públicamente la situación”, que eso sí que es una incitación al odio.
Por lo demás, este el comunicado del PSOE, además de ese barniz de “buenismo” hipócrita marca de la casa, contiene tantos sofismas y patrañas que no da más que asco mental.