Cuatro congresistas de Estados Unidos le han recordado a Donald Trump su promesa de prohibir la pornografía si llegaba a ser presidente, y lo han hecho enviando un escrito al fiscal general, William Barr, para que haga cumplir las leyes federales contra la industria del porno.
“Dada la omnipresencia de la obscenidad, es nuestra recomendación que declare que el enjuiciamiento de la pornografía obscena es una prioridad de la justicia penal e inste a los abogados de EE.UU. a que enjuicien a los principales productores y distribuidores de dicho material”, dice la carta, de la que se hace eco un informe del Institute for Family Studies (IFS).
Ese informe, publicado el pasado 18 de diciembre, analiza lo que piensan los estadounidenses sobre si se debe prohibir la pornografía por completo, si debe ser ilegal solo para los menores de 18 años o si debe ser legal.
Al respecto, por un lado, están aquellos que piensan que “los riesgos de la pornografía son exagerados y que mantenerla fuera de las manos de los niños es un trabajo para los padres, no para el Gobierno.
Por otro, están los más “tradicionalistas, que apoyan la regulación agresiva o la prohibición del porno”, dice el informe, que analiza esta y otras 21 cuestiones “moralmente incorrectas”.
Cabe recordar que numerosos expertos han constatado numerosos daños que causa el consumo de pornografía, como el aumento de la violencia sexual entre los jóvenes, las violaciones en grupo, daños al matrimonio y la familia o el deterioro del cerebro.
Ante esta realidad, hay países que ya han tomado medidas restrictivas a su consumo, como Francia, que ha aprobado el control parental obligatorio para el porno; o Reino Unido, que restringe el acceso de los menores a la pornografía, mientras España hace caso omiso a esta lacra.
La pornografía, “moral y socialmente problemática”
Así las cosas, “¿qué piensan los estadounidenses, en general, sobre el porno?”, ¿se debe prohibir la pornografía?, se pregunta el IFS. “La respuesta, según muestran los datos de la encuesta, es complicada”, señala.
“Si bien una minoría en declive de estadounidenses apoya una prohibición total de la pornografía, eso no significa que consideremos que las cosas no son problemáticas”, agrega.
En cualquier caso, “las encuestas muestran consistentemente que los estadounidenses consideran que la pornografía es moral y socialmente problemática”.
De hecho, “una aplicación más agresiva de las leyes existentes, o una regulación cuidadosa, podría ser más popular de lo que algunos podrían esperar”, cita.
El veto a los menores, en aumento
Así las cosas, el informe, basándose en la “Encuesta Social General, que pregunta a los encuestados si la pornografía debería ser ilegal para todos, debería ser ilegal para los menores de 18 años o debería ser legal”, muestra estos resultados:
Por una parte, entre 1973 y 2015, mientras se aprecia un descenso de quienes consideran que se debe prohibir la pornografía por completo, el porcentaje de encuestados que opinan que debe ser ilegal para los menores de 18 años no ha hecho otra cosa que crecer.
En cuanto a quienes la consideran legal, el porcentaje ha pasado aproximadamente del 10% al 5% en el mismo periodo.
El informe lo contempla así: “los resultados son bastante claros, desde que la pregunta se hizo por primera vez en 1973, una pluralidad siempre ha dicho que la pornografía solo debería ser ilegal para los niños”.
“La brecha entre esa pluralidad y aquellos que dicen que debería ser totalmente ilegal ha crecido: en 1973, el 41% quería una prohibición total en comparación con el 48% que lo quería ilegal hasta los 18 años. En 2018, esas cifras son del 31% y el 65%, respectivamente”.
Otras cuestiones “moralmente incorrectas”
Al mismo tiempo, el informe analiza la opinión de los estadounidenses ante lo que se considera “moralmente incorrecto” en relación a un total de 21 cuestiones, incluida la pornografía.
Al respecto, la encuesta Gallup de 2019 constata que “el 61% de los encuestados dijo que la pornografía era moralmente incorrecta”, como se puede apreciar en este otro gráfico, reproducidos ambos a partir del informe.
Otras cuestiones que los encuestados consideran moralmente incorrectas, por encima de ese 61% relativo a la pornografía, son: clonación de animales (66%), suicidio (79%), poligamia (80%), clonación de humanos (85%) y relación extramarital (89%).
Lo que se califica de incorrecto moralmente en menor medida es el control de natalidad (6%), y le siguen: consumo de alcohol (19%), divorcio (20%) y sexo prematrimonial (28%).
Entre el 30% y el 40% se sitúan juegos de azar, investigación con células madre embrionarias, fumar marihuana, tener hijos fuera del matrimonio, pena de muerte, relaciones entre homosexuales o lesbianas, con los porcentajes que muestra el gráfico.
Desde el 40% hasta el 60% aparecen pruebas médicas en animales, suicidio asistido por un médico, compra/uso de pieles, aborto y sexo entre adolescentes.
El informe lo resume de esta manera: “a modo de comparación, ese porcentaje está a la par con la proporción que cree que fumar marihuana (65%) o entablar relaciones homosexuales (63%) son moralmente aceptables”.
También destaca que “es más probable que los estadounidenses aprueben moralmente muchas cosas (juegos de azar, suicidio asistido por un médico, aborto), sobre las que también apoyan una regulación agresiva o incluso prohibiciones”, que la pornografía.
Así, “si bien los estadounidenses no respaldan una prohibición total de la pornografía, están lejos de ser amigables con ella. Las mayorías dicen que es inmoral”.
Las mujeres apoyan mucho más prohibir el porno
Por otra parte, el informe del IFS concluye que “en todos los grupos de edad y afiliación política, las mujeres son significativamente más propensas que los hombres a apoyar la prohibición de la pornografía”.
“De hecho, las mujeres ‘liberales’ autoidentificadas son casi tan propensas como los hombres ‘conservadores’ a apoyar una prohibición de la pornografía”, como se puede ver en este último gráfico.
Un primer apunte del informe señala que “los datos de la encuesta aquí muestran que los estadounidenses no quieren prohibir la pornografía. Pero sí piensan que es inmoral, una visión que las mayorías han tenido constantemente a lo largo del tiempo”.
“Las mujeres, en particular, parecen ser un grupo poderoso para el control de la pornografía. Todo eso sugiere que puede haber cierta tendencia por una mayor regulación de la pornografía”, añade.
Ante este escenario, “¿puede la administración Trump salirse con la suya prohibiendo el porno? Casi seguro que no. Pero, hay mucha evidencia de que los estadounidenses, especialmente las mujeres, piensan que la pornografía es inmoral”, concluye el informe.
3 Comentarios. Dejar nuevo
No es solo que estropee la mente de los niños, también la de los adultos. Es una actividad insana con insania: cuantas actrices se han suicidado? Cuántas no quieren saber nada de ese mundo después y alejan a sus hijos de ese mundo? Acaso no tratan como mercancías peor que basura a los sujetos de esa actividad? En fin, no hace falta ser un estudioso o especialista del tema para sacar conclusiones
Hija o Hijo, ¿te gustaría que tu madre o tu padre se entretuviera con la pornografía?
Cónyuge, ¿te gustaría que tu pareja…?
Madre o padre, te gustaría que tu hija o hijo…?
Cristiano, ¿crees que a Dios le agradaría que te entretuvieras…?
Problemático, pero visto lo visto con los temas de prohibiciones, habría que pensárselo. No porque sea más o menos mala, sino porque las prohibiciones lo que consiguen es que se fomente el consumo ilegal, se creen mafias, etc, como es conocido por varios ejemplos. Quizás también se debería prohibir la prostitución, y tampoco se atreven explicitamente a ello en muchos sitios. La prostitución se viene tolerando como un mal menor, aunque posiblemente las mujeres víctimas de la prostitución sean más que las de la pornografía, pero seguimos dándole vueltas al tema sin encontrar la solución, a esto y al consumo de la droga, que no es delito, aunque genere delincuencia, pero creo que sus daños son peores sobre los consumidores que la pornografía. Mejor regular y controlar que prohibir. Sobre todo hacer cumplir la ley, que en muchas casos se burla, añadiendo al hecho de incumplir una norma el de burlar la ley.