El buen ambiente, recogido y de oración, era evidente cuando Monseñor Juan Antonio Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid, extendió su bendición sobre los presentes, marcando así el comienzo de la peregrinación y rezo del rosario por las calles de la ciudad para rendir homenaje a la Virgen María.
La bendición del obispo fue recibida con alegría y solemnidad por los congregados, quienes a las 19:00h del sábado 11 de mayo, iniciaron su marcha hacia el corazón de Madrid.
El cielo como patria
Un vehículo, equipado con tres potentes altavoces, encabezaba la procesión, llevando consigo la voz de la fe y la devoción por las calles.
Según las palabras del Monseñor Martínez Camino, esta celebración reviste una gran importancia, pues representa «nuestra condición de peregrinos hacia el cielo, que es nuestra patria».
Previamente la organización se había asegurado de proveer rosarios para todos los asistentes, distribuidos con esmero entre los jóvenes antes de que la marcha partiera desde la Basílica Pontificia de San Miguel en dirección hacia la plaza de España.
La concentración de personas frente a la Basílica en la tarde del sábado no sólo fue un acto de amor a la Virgen, sino también un testimonio público de fe y comunidad.
Testimonio público de fe
Esta iniciativa anual, que cada vez convoca a más personas, se ha institucionalizado con la reciente constitución de una asociación convocante, comprometiendo a más de 50 voluntarios y organizadores.
Emilio Esteban-Hanza, presidente de la asociación, destaca la importancia del testimonio de fe de los jóvenes a través de actos como este: «Todo joven católico tiene el deber de dar testimonio de su fe a través de su ejemplo de vida y de su piedad». Emilio señala además las altas tasas de suicidio juvenil como una muestra de la necesidad de iniciativas que promuevan la búsqueda del bien y la espiritualidad.
El rosario se presenta como un instrumento poderoso para fortalecer la fe y la comunidad. Emilio enfatiza su experiencia personal y la influencia positiva que ha tenido en quienes lo rodean. «La salvación de España está cifrada en el rezo del Santo Rosario», añade con convicción.
Los organizadores aspiran a superar año tras año la cifra de asistentes, conscientes del impacto que este acto tiene en la sociedad. La presencia masiva de jóvenes rezando en las calles no solo despierta curiosidad entre los transeúntes, sino que busca inspirar y promover una visión de la sociedad basada en los valores cristianos.
El Rosario por la Juventud de España no es solo una procesión, es un testimonio vivo de esperanza y un recordatorio de nuestro camino hacia la vida eterna.
El Rosario por la Juventud de España no es solo una procesión, es un testimonio vivo de esperanza y un recordatorio de nuestro camino hacia la vida eterna. Share on X