En un discurso que promete transformar de manera radical el panorama educativo de Estados Unidos, el presidente electo Donald Trump ha desvelado un ambicioso plan educativo.
Con un tono desafiante y sin escatimar en provocaciones, Trump ha anunciado que buscará abolir el Departamento de Educación de Estados Unidos y devolver el control total de la educación a los estados y a los padres. Esta medida, sumada a otras nueve propuestas, busca desmantelar el actual sistema que Trump considera un fracaso burocrático y un instrumento de adoctrinamiento político de la izquierda radical.
Libertad para los padres: la piedra angular del plan
El eje central del nuevo plan educativo de Trump es la libertad de los padres para elegir la mejor educación para sus hijos.
Trump asegura que el sistema actual ha fallado, que los padres han perdido el control sobre la educación de sus hijos y que es momento de devolverles ese poder. «Respetaremos el derecho de los padres a controlar la educación de sus hijos», proclamó Trump con firmeza.
Con esta medida, se busca no solo permitir a los padres tomar decisiones sobre la escuela a la que asisten sus hijos, sino también que las juntas escolares locales puedan recompensar a buenos maestros y despedir a aquellos cuyo desempeño sea insatisfactorio. En sus propias palabras: «Los despedirán, como en El Aprendiz: ‘Estás despedido'».
El fin del adoctrinamiento y el regreso de la oración en las aulas
Otro de los pilares del plan de Trump es garantizar que las aulas sean espacios de aprendizaje, no de adoctrinamiento.
«Nos aseguraremos de que nuestras aulas no se centren en el adoctrinamiento político, sino en enseñar los conocimientos y las habilidades necesarias para tener éxito», declaró Trump.
Además, enfatizó la necesidad de inculcar el amor por el país en los estudiantes, a diferencia de lo que considera una tendencia actual a enseñarles a odiarlo.
En este contexto, también propuso el regreso de la oración a las escuelas, una idea que, sin duda, levantará polvareda tanto entre sus seguidores más devotos como entre los defensores de la separación entre Iglesia y Estado.
Escuelas seguras y libertad de elección
Trump también ha puesto un énfasis especial en la seguridad escolar. En su discurso, prometió escuelas seguras, protegidas y libres de drogas, donde cualquier estudiante que dañe a un maestro o compañero sea expulsado de manera inmediata. De esta forma, Trump busca crear un entorno donde los estudiantes puedan centrarse en aprender sin distracciones ni amenazas.
Asimismo, el presidente electo subrayó la importancia de la «libertad de elección de escuela», dando a todos los padres la posibilidad de cambiar a sus hijos de escuela si consideran que la actual no satisface sus expectativas. La idea de ofrecer a los padres un cheque escolar o un voucher que les permita acceder a la escuela de su elección ha sido un estandarte de los conservadores durante mucho tiempo, y Trump parece decidido a hacerla realidad.
Educación para el empleo y eliminación del Departamento de Educación
En cuanto a la preparación para el empleo, Trump anunció su intención de fomentar el aprendizaje basado en proyectos dentro del aula y ofrecer acceso a pasantías y experiencias laborales que encaminen a los estudiantes hacia un primer empleo significativo.
El objetivo, dijo Trump, es garantizar que los estudiantes adquieran habilidades prácticas y valiosas que les permitan ser competitivos en el mercado laboral. «Quiero que tengan más éxito que Trump», bromeó el presidente electo, dejando claro que el objetivo es preparar a los jóvenes para que tengan una vida mejor que la generación anterior.
Finalmente, Trump lanzó una de sus propuestas más ambiciosas y controvertidas: la eliminación del Departamento de Educación. Con esta medida, Trump busca devolver la autoridad educativa a los estados, alegando que el gobierno federal ha fallado en garantizar una educación de calidad. «Gastamos tres veces más dinero por alumno que cualquier otro país, y sin embargo estamos en el último lugar», lamentó Trump. Para él, el cierre del Departamento de Educación no es solo una cuestión de eficiencia, sino de confianza en que los estados y los padres pueden hacerlo mejor.
Universidades bajo la lupa: eliminar el adoctrinamiento izquierdista
En un video separado, Trump también delineó un plan específico para las instituciones de educación superior. Denunció el aumento desproporcionado de las matrículas universitarias mientras las universidades se dedicaban, en sus palabras, a «adoctrinar a la juventud estadounidense».
Para resolver este problema, Trump anunció que utilizará el sistema de acreditación universitaria como su «arma secreta». Planea despedir a los «acreditadores de izquierda radical» y abrir el proceso a nuevos actores que impongan estándares más estrictos a las universidades.
Estos estándares incluirán la defensa de la tradición estadounidense y la civilización occidental, la protección de la libertad de expresión, la eliminación de puestos administrativos innecesarios, la reducción de los burócratas de diversidad, equidad e inclusión (DEI), y la implementación de exámenes de ingreso y salida para garantizar que los estudiantes realmente estén aprendiendo.
Con estas propuestas, Trump se presenta como el defensor de un sistema educativo que, según él, ha sido secuestrado por la izquierda y por políticas que nada tienen que ver con la excelencia académica.
La educación, en la visión de Trump, no es un espacio para ideologías ni adoctrinamiento, sino un campo donde los padres, los estudiantes y los maestros deben tener la libertad de decidir, aprender y prosperar.
Habrá que ver si estas propuestas sobreviven al enfrentamiento político que sin duda generarán, pero lo que está claro es que, para bien o para mal, Trump está decidido a cambiar las reglas del juego.
