Las grandes riquezas energéticas y metales preciosos que han sido detectadas en el Ártico ha creado tensión y nerviosismo entre las grandes potencias, Estados Unidos, China y Rusia. Así se evidenció en la última reunión del Consejo del Ártico, formado por ocho países miembros y doce observadores celebrado hace unos días en Rovaniemi, la capital de Laponia, en el norte de Finlandia.
Los ocho países miembros son: Rusia, Estados Unidos, Canadá, Suecia, Noruega, Dinamarca (por Groenlandia y las Islas Feroe), Islandia y Finlandia. Los países observadores permanentes no están en la zona ártica y son: Alemania, Francia, Reino Unido, España, Países Bajos, Polonia y se incorporaron en 2013, China, Corea, India, Italia, Japón y Singapur.
Un grupo de investigadores del US Geological Survey ha descubierto que en el Ártico existen unos 90.000 millones de barriles (un 13 por 100 de las reservas) y 47 billones de metros cúbicos de gas natural (un 30 por 100 de las reservas estimadas no descubiertas). Por otro lado, hay reservas de oro, diamantes, zinc, hierro, uranio y metales preciosos).
El secretario de Estado americano, Mike Pompeo, ha subrayado que el Ártico es hoy un escenario “de poder y competición”, donde China y Rusia tienen intereses crecientes. En la zona, añadió, hay submarinos chinos, y ha abierto una nueva ruta de la seda polar (Belt and Road), coincidiendo con una mayor presencia militar de Rusia, la cual pide autorización para pasar por el norte de Siberia. Rusia ha pedido conectar el Mar del Norte con la ruta de la seda china. ¿Qué van a buscar en el Ártico? Evidentemente los enormes recursos energéticos y minerales. China ha invertido ya 90.000 millones de dólares en la planificación de la construcción de infraestructuras entre Canadá y Siberia.
Dado el deshielo de la zona ártica, que va a continuar en los próximos años, se comentó en el Consejo del Ártico la posibilidad de crear una ruta marítima por el Mar del Norte que pasara por encima de Europa, Asia y América. Esta ruta, podría unir los tres continentes por el Norte, lo que sería la nueva ruta de navegación del siglo XXI, como lo fueron en el siglo XX el canal de Suez y el canal de Panamá. Es más, esta ruta marítima del Norte ahorraría tiempo y recorrido hasta un 40 por ciento, sobre todo en la ruta que pasa por el canal de Suez y que une Europa con Asia. En agosto de 2017 una nave rusa hizo el recorrido por la Ruta del Mar del Norte sin rompehielos. La ruta podría ser rentable hacia el año 2040, según un estudio de la Bussines School de Copenaghen.
En el Consejo del Ártico, el ministro de Asuntos Exteriores de Finlandia, Timo Soini, ha protestado durante las reuniones porque dado que termina su bienio de presidencia (a partir de ahora esta pasará a Islandia) no ha conseguido sensibilizar a todos los miembros del Consejo de la gravedad del cambio climático, y de lo perjudicial que es el deshielo del Ártico, y ha criticado a Mike Pompeo que lo ve solo como “una oportunidad” de futuro, cuando puede llevar a una catástrofe. Ha sido la primera vez que no ha habido un comunicado final conjunto, ante la obstinación del representante de los Estados Unidos de que no se incluya el problema del cambio climático, ni se cite a la cumbre de París.