En España se emite en la actualidad el polémico reality ‘La isla de las tentaciones‘, que propone contextos aberrantes en los que desafiar la fidelidad de las parejas que participan. La versión inglesa de este formato se titula ‘Love Island‘ y ya suma cuatro víctimas mortales.
Este hecho ha provocado que se abra un debate más amplio sobre los reality shows en el país anglosajón. La razón es que se ha sabido que desde 1986 se contabilizan 38 suicidios de personas vinculadas a estos shows.
Entre esa casi cuarentena de muertes trágicas se les tiene que sumar las de Mike Thalassitis de Love Island, de 26 años, Sophie Gradon, de 32 y Aaron Armstrong, el novio de Sophie hasta su fallecimiento, que fue la persona que descubrió su cuerpo.
Pero, además, se ha conocido una última muerte: la de Caroline Flack, la presentadora del reality, que era toda una estrella allí debido a su popularidad en televisión y algunas de sus conocidas parejas. Pero este fallecimiento supone el cuarto que sacude al programa.
Su popularidad creció gracias a su trabajo en televisión, pero su interés para la prensa rosa llegó cuando tuvo un romance con el cantante Harry Styles , ex componente del grupo One Direction, un icono para millones de jóvenes de todo el planeta.
La respuesta de los reality shows, ninguna
A pesar de estos hechos, los jefes de la televisión supuestamente están permitiendo a las personas vulnerables se enfrenten a las pantallas con poco o ningún apoyo.
Una fuente de televisión del reality de moda citada por medios británicos dijo: «Los jefes están tan preocupados por ofender a alguien que están permitiendo que participen personas con antecedentes de trastornos alimentarios, problemas de salud mental, ansiedad y depresión».
«La gente va a estos espectáculos aunque no son lo suficientemente fuertes como para hacer frente a sus consecuencias. Llegan a millones de seguidores de redes sociales, trolls también. Algunos son auténticas figuras nacionales de odio». Y prosigue, «Para una persona joven con una afección de salud mental, es una combinación letal«.
La psicóloga de televisión Emma Kenny, que ha trabajado en Big Brother, declaró: “Estas cifras son horrendas. He visto personas rotas después de los reality shows «. El año pasado, 85.000 personas solicitaron unirse a Love Island. China ha prohibido los reality shows ya que sostiene que la fama de la noche a la mañana es «demasiado peligrosa».
Se ha sabido que desde 1986 se contabilizan 38 suicidios de personas vinculadas a estos shows. Share on X
1 Comentario. Dejar nuevo
Cuando se pierde el sentico común y se saca a Dios de todos los sitios, solo puede pasar lo que está pasando: que todo vale.
Pero no todo es bueno ni recomendable, no solo para niños o jóvenes, ¡lo que no es bueno, no es bueno para nadie!