En el libro del Génesis se relata que “Dios creó al hombre a su imagen” (Gn 1,27). Para algunos esta frase es un poco complicada, para otros significa que el hombre ha sido elevado al mismo plano de Dios, por lo tanto tiene sus características.
La palabra “a su imagen” en hebreo בְּצֶ֥לֶם significa “betzelem” que se traduce por “hacer sombra, parecido, figura representativa, especie de ídolo, apariencia, figura e imagen”. En el Génesis solo aparece dos veces (1,27; 9,6), mientras que en el resto del Primer Testamento aparece 9 veces (Sal 39,7; cf. Dn 2,31; 3,1; 3,5; 3,10; 3,12; 3,14; 3,18).
Dios al crear al hombre no lo creó igual que Él, decir esto sería el error más aberrante que una persona pueda cometer, Dios crea al hombre como su representante en la tierra, un ser muy parecido ya que fue hecho por amor (cf 1 Jn 4,8), el ser humano es la “sombra” de Dios que debe proyectar luz al mundo.
El representante de Dios en la tierra por excelencia fue su Hijo Jesús, quien vino al mundo para rescatarnos de nuestros pecados.
Ser representantes de Dios en la tierra significa:
Ø Amar a mis semejantes sin esperar nada a cambio (Mt 22,39)
Ø No ceder ante las tentaciones del mundo, el poder y el dinero (Mt 4,1-11; Mc 1,12s;Lc 4,1-13).
Ø Ayudar a quien tiene dificultades económicas, también a aquellos que tienen hambre (Mt 5,42; Mc 6,30-45).
Ø Sembrar la Palabra de Dios en los corazones de todos los hombres aunque parezca difícil (Mt 13,1-23; Mc 4,1-20, Lc 8,4-15).
Ø Ser humilde y reconocer que procedemos de Dios (Lc 2,1-16).
Ø No reconocerse superior a los demás (Mt 18,1-5; Mc 9,33-37; Lc 9,46-50).
Ø Orar en todo momento y sin cesar, pero siempre esperando que se haga la voluntad de nuestro Padre (Mt 6,9-15; Lc 11,15; 1 Ts 5,17).
Ø Ser agradecidos por todas las cosas que tenemos (1 Ts 7,18) como la tierra, sol, luna estrellas, animales, agua, hijos, familiares, bienes etc), y sobre todo por tener un hermano como Jesús.
Ø Perdonar siempre y no condenar (Jn 8,1-11; Lc 23,34).
Ø Dejarse conducir por el Espíritu de Dios (Gl 5,116-18).
Ø Tener la alegría del Señor y ser bondadosos en todo momento (Flp 4,4-5).
Ø Ser un hombre y una mujer de fe (Hb 11,1-40).
Ø No devolver mal por mal e injuria por injuria, por el contrario bendecir en todo instante (1 Pe 3,9).
El secreto de hacer un mundo mejor radica en que el hombre no debe creerse Dios, sino simplemente su representante; cuando el hombre tome conciencia de lo que significa ser imagen de “Elohim”, entonces el amor habrá invadido a todos los seres humanos.
