No hay nada nuevo bajo el sol. Lo que aparentemente pareció una revolución en el pensamiento respecto a la conducta sexual en la humanidad, ha estado desde siempre atacando al hombre. Los enemigos del alma siempre han sido los mismos y siempre serán los mismos. El mismo Jesucristo los define en la parábola del sembrador. El demonio quiere revestirse de modernidad, tolerancia y permisibilidad, pero sus armas para atacar el alma y el espíritu siempre han sido y serán las mismas. SEGUIR LEYENDO
CONTACTO