El reciente incidente protagonizado por Sanija Ameti, una concejala suiza del Partido Verde-Liberal, ha suscitado una profunda indignación en la comunidad cristiana, tanto en Europa como en otros lugares del mundo.
Un recordatorio del respeto y la sensibilidad religiosa
Ameti publicó en sus redes sociales imágenes perturbadoras que mostraban cómo había utilizado un cartel que representaba a la Virgen María con el Niño Jesús como blanco en una práctica de tiro con pistola deportiva.
Las imágenes de los rostros acribillados de María y el Niño provocaron un justificado rechazo y una condena unánime por parte de diversas instituciones y laicos, incluida la Conferencia Episcopal Suiza.
El ataque simbólico contra esta representación religiosa no es un simple error, sino un acto profundamente ofensivo que hiere la sensibilidad de millones de creyentes. Actuar con desprecio hacia estas imágenes trasciende una cuestión de libertad de expresión; es un ataque directo a la fe cristiana.
¿Falta de reflexión o ataque deliberado?
A pesar de que Ameti se disculpó posteriormente y retiró las imágenes, el daño ya estaba hecho. Argumentar que «no pensó en el contenido religioso» y que eligió el cartel solo porque era «suficientemente grande» no exime la responsabilidad de sus actos.
«Pido disculpas a las personas que se sintieron ofendidas por mi publicación. La borré inmediatamente cuando me di cuenta de su contenido religioso. No lo pensé», escribió Ameti en X. «Lo siento muchísimo».
La falta de reflexión sobre la carga simbólica de la imagen demuestra una preocupante insensibilidad hacia la fe cristiana.
Es necesario destacar que la condena a este acto no sólo ha provenido de la comunidad cristiana, sino también de la clase política y los partidos a los que Ameti representaba. Tanto su partido, el Verde-Liberal, como otras organizaciones políticas suizas han tomado distancia de este incidente, señalando que la acción fue «una provocación deliberada» que no representa sus valores.
No se puede subestimar el impacto de un ataque a símbolos religiosos, independientemente de las creencias personales.
La libertad de expresión es un derecho fundamental, pero este no puede utilizarse como excusa para insultar, despreciar o atacar los sentimientos religiosos de los demás. Cuando se cruzan estos límites, se fomenta la división, el odio y el resentimiento.
2 Comentarios. Dejar nuevo
Y porqué no puso una imagen de Alá de ese tamaño…? por lo menos que se sienta a gusto disparando a alguien conocido.
Si dispara a una imagen de la Virgen con el Niño Jesús, no será que busca respuestas…
Todos los días rezamos, mi esposo y yo un rosario por la paz en el mundo, la conversión de los pecadores y la conversión de los que no conocen el amor de Dios.
Perdón. La paz en el mundo, el reinado de los Inmaculados Corazones y la conversión de los que no conocen el amor de Dios.