Este sábado 12 de abril, en la víspera del Domingo de Ramos, la Diócesis de Getafe vivirá uno de sus momentos más significativos del año: la Peregrinación por la Vida, organizada por la Delegación diocesana de Familia y Vida junto al Centro de Orientación Familiar (COF).
Una cita abierta a todos los fieles diocesanos, que tendrá lugar en Cubas de la Sagra, partiendo desde la Casa de Espiritualidad de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia y culminando en el Monasterio de Santa María de la Cruz.
Este año, el encuentro cobra un matiz especialmente profundo al celebrarse dentro del Año Jubilar de la Esperanza, convocado por el Papa Francisco. Así lo ha subrayado el delegado de Familia y Vida, Álvaro Ojeda, quien destaca que esta peregrinación se convierte en «un signo de luz y esperanza en medio de la sociedad», invitando a todos los fieles a caminar juntos en defensa de la vida.
La jornada comenzará a las 11.15 horas con la bendición de los peregrinos, dando paso a una marcha penitencial en la que se rezará el Rosario en silencio, meditando los Misterios y con la posibilidad de recibir el sacramento de la Reconciliación durante el camino, gracias a la presencia de sacerdotes dispuestos a confesar.
Uno de los momentos más conmovedores llegará al final del Rosario, cuando los participantes se reunirán a las puertas del monasterio para poner nombre a los niños no nacidos.
Estos nombres serán ofrecidos durante la Eucaristía que presidirá el obispo de Getafe, Mons. Ginés García Beltrán, a las 12.30 horas, donde se rezará especialmente por cada vida y por sus familias, pidiendo la intercesión de los santos para encontrar el consuelo de Dios.
La peregrinación cuenta, además, con la colaboración de Marys Children, una organización solidaria internacional dedicada a proteger y apoyar a niños y madres en situaciones de vulnerabilidad, y de 40 Días por la Vida, el movimiento internacional de oración y ayuno que trabaja incansablemente por el fin del aborto en todo el mundo.
La participación de este apostolado refuerza la dimensión universal y orante de la iniciativa, uniendo a comunidades de distintos lugares en la defensa apasionada de la vida.
Álvaro Ojeda ha querido extender la invitación a todas las personas “sensibles al drama del aborto y a las manipulaciones de los embriones”, animándolas a unirse en oración junto a la Virgen, “Madre del Evangelio viviente, manantial de alegría de los pequeños”.
“La peregrinación es un encuentro familiar y de comunión, donde participan desde niños pequeños en carritos hasta abuelos, todos caminando juntos por la causa del no nacido”, añade Ojeda, resaltando el ambiente acogedor y comunitario del evento.
Inspirados por las palabras de San Juan Pablo II en Evangelium Vitae, y las reflexiones del Papa Francisco en Evangelii Gaudium, los organizadores recuerdan que la defensa de la vida abarca todos los ámbitos de los derechos humanos, y que cada gesto, cada oración y cada paso en esta peregrinación es una afirmación contundente de la dignidad de la vida humana desde su concepción hasta su fin natural.
«Existen incontables momentos en los que el creyente tiene la oportunidad de expresar su compromiso por la vida, desde su inicio hasta el final. En nuestra diócesis, hay un momento particular donde todas las iniciativas adquieren un matiz especial de oración y comunión, y es este», concluye Ojeda.
Así, la Peregrinación por la Vida se presenta como una ocasión única para vivir la fe en comunidad, orando juntos por la esperanza y la defensa de la vida en todas sus etapas.