El Manchester City dirigido por el entrenador catalán Pep Guardiola perdió el 30 de mayo la final de la UEFA Champions League contra el Chelsea, que se proclamó campeón por segunda vez en su historia gracias a un gol de Kai Havertz.
Guardiola tiene acostumbrado al mundo del fútbol por desplegar una actitud muy intensa, pero también por sus gestos amigables y de valores. Es por eso, que no sorprendió que besara la medalla de subcampeón al finalizar la final.
Esta circunstancia llama la atención porque normalmente es una medalla que los futbolistas desprecian como consecuencia de la frustración que provoca la derrota de una final tan importante.
Este lunes, 31 de mayo, ha sido el Papa Francisco quien ha hecho referencia al gesto del coach de Manchester City, que ha elogiado el gesto de Pep Guardiola de besar la medalla de segundo clasificado tras perder la final de la Champions.
Francisco ha reflexionado sobre la actitud ante la derrota y recordó que le habían narrado el detalle de Guardiola, aunque no recordaba quién era el protagonista.
El Papa Francisco hizo esta reflexión durante la audiencia con una delegación de la Federación Italiana de Baloncesto, en la que ha afirmado «ante usted está el mundo del baloncesto italiano”.
El obispo de Roma afirmó que el deporte es un reflejo de la vida y por eso pidió a los responsables que promuevan el juego limpio: «Promover un juego sano entre niños y jóvenes, ayudarles a tener amplitud de miras, a no rendirse nunca, a descubrir que la vida es un camino hecho de derrotas y victorias, pero que lo importante es no perder las ganas de jugársela«.
La delegación de la Federación Italiana de Baloncesto se reunió con el Papa Francisco con motivo de sus 100 años de historia.
