Ayer, el Parlamento Europeo respaldó la inclusión del aborto en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, instando así a la UE a garantizar y proteger este supuesto derecho.
Votaciones
La resolución fue respaldada por 336 votos a favor, 163 en contra y 39 abstenciones. Además, solicita la despenalización total en todos los estados miembros, así como la implementación de programas de educación sexual y afectiva para todos. También insta a que no se financien organizaciones que se opongan a estas medidas.
Cambio de perspectiva
Este cambio gradual de perspectiva respecto al aborto responde a un programa para desensibilizar a la sociedad ante el aborto, normalizándolo y presentándolo como un componente esencial de la libertad y la autonomía de las mujeres. Este proceso ha erosionado de forma severa los valores morales que sostienen nuestra sociedad.
La Conferencia Episcopal Española
El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello, ha denunciado este paso como un claro reflejo de la decadencia moral que está permeando en nuestras sociedades. En un comunicado contundente, Argüello ha expresado su profunda preocupación por lo que considera una afrenta a la dignidad humana y una desviación del verdadero progreso.
En palabras directas, Argüello ha criticado la postura de la Eurocámara, argumentando que al defender el supuesto derecho de la mujer al aborto, se está sacrificando la vida que lleva en su seno. Este enfoque, según él, no sólo contradice el verdadero progresismo, sino que también constituye un atentado contra el valor supremo de la vida humana.
Es crucial destacar que la resolución del Parlamento Europeo ha recibido un respaldo significativo, pero Argüello no se ha detenido ante esta mayoría parlamentaria. Ha señalado el exceso legislativo inherente a esta medida, que, en su opinión, refleja la falta de ética y la debilidad moral de quienes la defienden.
Además, ha denunciado la falta de respeto a la objeción de conciencia y al derecho de asociación, lo que considera un signo claro de decadencia democrática.
El arzobispo de Oviedo
También el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, ha respaldado estas críticas, haciendo hincapié en que la resolución del Parlamento Europeo representa una imposición del llamado «nuevo orden mundial». Sanz coincide con Argüello en su preocupación por la promoción del aborto y otras prácticas controvertidas, como la fecundación in vitro y los vientres de alquiler, que considera una grave amenaza para los valores morales y la dignidad humana.
Otras voces
Ante esta situación, la voz de la Iglesia no está sola. La Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea COMECE ha reivindicado el derecho a la vida como el pilar fundamental de todos los derechos humanos, subrayando la importancia de proteger a los más vulnerables e indefensos, incluidos los no nacidos, los migrantes, los mayores, las personas discapacitadas y los enfermos.
Por otro lado, Marina Casini, Presidenta de la Federación Europea One of Us afirmó que «Es profundamente preocupante presenciar que el Parlamento Europeo prioriza agendas políticas radicalizadas sobre los derechos y valores fundamentales que sustentan nuestras sociedades» añadiendo que «Esta resolución no solo desatiende la dignidad de la vida humana, sino que también socava la soberanía de los Estados miembros al abordar asuntos tan sensibles.»
La Federación One of Us en un comunicado emitido en el día de ayer recuerda que no existe ningún instrumento internacional de derechos humanos que reconozca un derecho fundamental al aborto.
Su Vicepresidente, Pablo Siegrist, resalta «la mala técnica normativa de la resolución adoptada, que incluye como fundamentos jurídicos textos tan dispares como numerosas resoluciones del propio Parlamento Europeo y de distintos órganos de Naciones Unidas, todas ellas no vinculantes, al mismo nivel que tratados internacionales fundamentales como la Declaración Universal y la Convención Europea sobre derechos humanos, resultando tristemente grotesco».
Europa y la cultura de la muerte
Por suerte, esta resolución, a pesar de ser aprobada, no tiene fuerza legal por sí misma. Aunque, por desgracia, nos descubre, sin máscaras, una Europa vendida a la cultura de la muerte.
La Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea forma parte de los documentos esenciales de la Unión Europea que exigen la unanimidad de todos los países miembros para ser modificados.
La resolución solicita la despenalización total del aborto en todos los estados miembros, así como la implementación de programas de educación sexual y afectiva para todos Share on X
1 Comentario. Dejar nuevo
Me pregunto qué tendrán en la cabeza los diputados que han votado a favor de esta barbaridad. ¿Saben lo que hacen? Si lo saben es que son unos malvados que no tienen perdón, y si no lo saben es que son incompetentes y no deberían estar donde están, ocupando puestos de tanta responsabilidad. Pero hay algo que es común a todos ellos, sea cual sea la motivación de su voto: la ignorancia, pero no la ignorancia vacía de quien no sabe de lo que habla, sino una ignorancia llena de falsedades y falacias, la de la sinrazón y la necedad satisfecha de sí misma.
Y encima van de feministas, como si abortar no perjudicase a las mujeres que abortan, y también a las que no abortan, porque potencia actitudes machistas en los hombres, que hasta llegan a chantajearlas para que aborten. Cuanto más se consagre el aborto como un derecho más se abandonará a su suerte a las mujeres embarazadas con problemas. Y esto es de lo que se trata, y lo que han logrado esos brutos, que para mayor hipocresía también van de inclusivos, sabiendo que gracias al aborto se excluye de vivir a más del 90% de personas con síndrome de Down. Les da igual. Para eso tienen su buena conciencia de progresistas con la que bonificar su mala fe.
Las posturas a favor del aborto requieren algo imprescindible: ningunear a las personas que viven en el vientre de su madre. De ahí la escalada del aborto, desde la despenalización y de escalón en escalón, en que si iba ampliando, hasta llegar a donde ha llegado. Un paso más y culminará en la cima de los Derechos Humanos Fundamentales.
Mientras no se reconozca la dignidad inalienable y el derecho a la vida de las personas en su etapa prenatal, no hay nada que hacer. Por eso en todos los debates sobre el tema se incide solo en los “derechos” de la mujer. En cuanto al hijo, no es que se los nieguen, no hace falta, porque simplemente no existe. Es nadie. Si existiese, el hecho de eliminarlo no sería una interrupción del embarazo, sino un crimen. El hijo deseado es un ser. El no-deseado es la nada. Curiosa ontología y curiosa lógica. Las mismas con las que se han perpetrado tantas barbaridades a lo largo de la historia humana. Las peores en el siglo XX. Ahora toca la del aborto, quizás la peor de todas, por el número de víctimas y por la aquiescencia general con que se lleva a cabo.
SI a estos diputados que han votado a favor los hubiesen abortado, es decir, matado, ahora no estarían ahí. ¿Cómo pueden negarles a otros el derecho a la vida que a ellos les respetaron? ¿Son tan ignorantes o tan vanidosos que no saben o no aceptan que ellos también fueron embriones y fetos?
Ahora, el aborto como un derecho, por el bien de las mujeres. Lo siguiente será el aborto como un deber, para el bien de la sociedad. De hecho, ya estamos en ello.
Comprendo que lo dicho no son más que perogrulladas, que cualquier niño sabe y entiende. Pero justamente por esto no comprendo cómo estos diputados ni las saben ni las entienden. Y es que ha dejado de ser niños. Tampoco saben ni entienden que si no vuelven a ser como niños no entrarán en el Reino de los Cielos.