El 13 de marzo de 2013, el mundo presenció un momento histórico que marcaría un antes y un después en la Iglesia católica.
Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, aparecía en el balcón central de la Basílica de San Pedro con un sencillo «buenas tardes», vestido con una sotana blanca sin adornos y con una humildad que desarmó al mundo entero.
Su elección del nombre «Francisco» ya era toda una declaración de intenciones. Nacía así un pontificado único, guiado por cuatro grandes pilares: pobreza, paz, cuidado del medioambiente y misericordia.
1. Un Papa para los pobres
Desde sus primeros gestos, el Papa Francisco dejó claro que quería una «Iglesia pobre para los pobres». Renunció a vivir en el fastuoso Palacio Apostólico, prefiriendo la residencia de Santa Marta, por su cercanía con las personas. Rechazó el coche oficial, pagó personalmente su hospedaje tras el cónclave y se involucró en la vida cotidiana como lo haría un párroco más.
Pero no se quedó solo en los gestos. Bajo su liderazgo, la Limosnería Apostólica se convirtió en un auténtico ministerio de la caridad, ofreciendo duchas, alimentos, atención médica e incluso cortes de pelo gratuitos a los más necesitados que viven cerca del Vaticano.
Para Francisco, la pobreza no era un tema social entre tantos otros, es el corazón del Evangelio.
2. La paz como camino
El Papa Francisco ha sido un incansable promotor de la paz. Desde los conflictos en Siria y Ucrania hasta los recientes enfrentamientos en Gaza.
Tras la invasión rusa a Ucrania, acudió personalmente a la embajada de Rusia en Roma para pedir el fin de la guerra.
Designó al cardenal Matteo Zuppi como su enviado especial para la paz, quien ha sido clave en negociaciones humanitarias.
Francisco también ha sido puente de diálogo con otras religiones. Su histórico encuentro con el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb, en Abu Dhabi en 2019, culminó con la firma de la Declaración sobre la Fraternidad Humana, un documento clave para el entendimiento interreligioso y la convivencia pacífica.
3. El cuidado de la casa común
Con la encíclica Laudato si’ (2015), el Papa lanzó un mensaje revolucionario: cuidar el planeta es una exigencia de fe. Esta carta magna de la ecología integral no solo denuncia los abusos del modelo económico actual, sino que propone un nuevo paradigma que una justicia social, ambiental y espiritual.
También promovió eventos como el Sínodo para la Amazonía, que no solo abordó cuestiones pastorales, sino también el drama de la devastación de la selva y sus pueblos originarios.
Su preocupación por el medioambiente dio paso al movimiento «Economy of Francesco», una red de jóvenes economistas comprometidos con una economía solidaria, justa y sostenible.
4. Misericordia como núcleo del mensaje cristiano
La misericordia ha sido quizás el concepto teológico más repetido por Francisco. Desde su primer Ángelus, el 17 de marzo de 2013, donde la definió como «una palabra que cambia el mundo», hasta la proclamación del Año Jubilar de la Misericordia (2015-2016), este valor ha sido su sello distintivo.
Durante el Jubileo, el Papa pidió que cada diócesis del mundo abriera una Puerta Santa, llevando el perdón de Dios hasta los rincones más lejanos.
El mismo Francisco abrió simbólicamente la primera de estas puertas en la catedral de Bangui, en República Centroafricana, una zona marcada por la guerra. También rompió con la tradición celebrando la Misa del Jueves Santo en cárceles, hospitales y centros de rehabilitación, lavando los pies de personas marginadas.
Un Papa que comunicaba con gestos
Más allá de documentos y discursos, el pontificado de Francisco se ha caracterizado por su lenguaje gestual y su cercanía humana. Ha visitado a personas en sus casas, ha celebrado su cumpleaños con los pobres y ha improvisado homilías en Santa Marta que han dado lugar a expresiones inolvidables como «Iglesia en salida» o «pastores con olor a oveja».
Sus viajes también han seguido esta línea pastoral. Su primera visita fue a Lampedusa, donde denunció la «globalización de la indiferencia» frente al drama de los migrantes. Luego vinieron otros viajes emblemáticos como Irak, la Amazonía, Corea del Sur, y dos visitas a Lesbos, epicentro de la crisis migratoria en Europa. En todos ellos, el foco estuvo puesto en los márgenes, en los excluidos, en los que “no cuentan”.
Reformas, sinodalidad y lucha contra los abusos
En el plano interno, Francisco ha promovido una profunda reforma de la Curia Romana, sintetizada en la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium (2022), enfocada en el servicio y la misión. Ha impulsado un proceso de sinodalidad, haciendo partícipe al pueblo de Dios en la toma de decisiones.
Asimismo, ha liderado la lucha contra los abusos sexuales en la Iglesia, con normativas más estrictas, la creación de la Comisión para la Protección de Menores y medidas contra los encubridores.
Su pontificado ha sido el de las «primeras veces»:
primer Papa latinoamericano, primer jesuita en el trono de Pedro, primer Papa en abrir una Puerta Santa fuera de Roma, primer Papa en pisar una mezquita árabe, y el primero en poner en el centro la pobreza, la paz, el medioambiente y la misericordia como ejes de su misión.