En su alocución dominical del Ángelus el 10 de noviembre, el papa Francisco reflexionó sobre la importancia del sacrificio personal y del servicio humilde como elementos esenciales del liderazgo, inspirado en el Evangelio de san Marcos.
Hipocresía frente a coherencia
El papa Francisco explicó que los escribas en el Templo, a quienes se les confiaba la responsabilidad de interpretar y enseñar las Escrituras, a menudo se comportaban de manera contraria a sus enseñanzas. «A estos últimos se les había confiado un papel importante en la comunidad de Israel: leían, transcribían e interpretaban las Escrituras. Por eso se les tenía en gran estima y el pueblo les rendía reverencia», recordó el papa. Sin embargo, muchos utilizaban su posición para «mirar a los demás desde arriba» y ocultarse detrás de una falsa piedad, aprovechando su posición para obtener privilegios a costa de los más vulnerables, en especial las viudas. «En lugar de utilizar la función de la que estaban investidos para servir a los demás, la convirtieron en instrumento de arrogancia, de manipulación,» añadió Francisco.
El papa Francisco señaló que Jesús advertía a sus seguidores de no imitar estos comportamientos y de alejarse de quienes ejercen su autoridad desde la superioridad o el abuso.
«Al contrario, con su palabra y su ejemplo, como sabemos, enseña cosas muy distintas sobre la autoridad. Habla de ella en términos de abnegación y servicio humilde, de ternura maternal y paternal hacia las personas, especialmente hacia los más necesitados», subrayó el Papa.
El uso de la autoridad
Dirigiéndose a todos aquellos que ocupan posiciones de responsabilidad, el Papa alentó a reflexionar sobre cómo se ejerce la autoridad: «¿Cómo me comporto en mis ámbitos de responsabilidad? ¿Actúo con humildad, o me enorgullezco de mi posición? ¿Soy generoso y respetuoso con las personas, o las trato con rudeza y autoridad?» Asimismo, el papa llamó a tener especial cuidado con los más frágiles, asegurándose de estar cerca de ellos y de inclinarse para ayudarles a levantarse.
En el cierre de su discurso, Francisco pidió la intercesión de la Virgen María para combatir la tentación de la hipocresía en nuestra vida, haciendo el bien de manera sencilla y sin alardes. «Que la Virgen María nos ayude a combatir en nosotros la tentación de la hipocresía -Jesús les dice ‘hipócritas’, la hipocresía es una gran tentación-, y nos ayude a hacer el bien sin apariencias y con sencillez.»
Luego del Ángelus, el papa pidió oraciones y apoyo para los afectados por inundaciones en Valencia, España, y para las comunidades desplazadas en Flores, Indonesia, debido a recientes erupciones volcánicas. También expresó su preocupación por los conflictos en diversos países, como Ucrania, Palestina, Israel, Líbano, Myanmar y Sudán, recordando la necesidad de orar por la paz mundial.
Las palabras del papa Francisco son un recordatorio de que el liderazgo cristiano debe inspirarse en el ejemplo de Jesús, guiado por la humildad y el compromiso sincero con el bienestar de los demás, especialmente los más necesitados.
El papa nos invita a vivir un liderazgo que levante a los demás con esperanza y servicio auténtico.
El papa nos invita a vivir un liderazgo que levante a los demás con esperanza y servicio auténtico. Share on X
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A ver si se lo aplica