La imagen de por sí es bastante evidente, pretendiendo reflejar cómo el poder pervertido y depravado, tiene su punto de mira (la luz que a la temerosa niña le ilumina) en la inocencia e indefensión del menor. La pedofilia genera grandes sumas de dinero que, guarda en su bolsillo y con un falso gesto de bondad y de cercanía, le ofrece una piruleta ya impregnada de su maldad y engaños (impregnada de sus babas) para que con posterioridad, sea la inocente víctima presa de la manada de bestias demoníacas que, babeantes y expectativas, esperan cobijados a la sombra de esta vil empresa. SEGUIR LEYENDO
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