Cuando se estrenó la película Silencio (2016), monseñor José Ignacio Munilla explicaba que el argumento principal de la película dirigida por Scorsese no es otro que la historia de una apostasía de dos sacerdotes jesuitas. En cambio, la justificación que hace el director de la película de la apostasía se debe, en primer lugar, a la finalidad de la acción que no es otra que la salvación de la vida de terceros y en segundo lugar, porque interpreta que el acto externo de la apostasía no tiene que estar en coherencia con la creencia interna del individuo en caso de fuerza mayor; ya que el protagonista en su interior no lo comete.
Se trata de algo así como que lo que yo hago por fuera puede no ser correspondido con lo que yo “hago”, creo o pienso por dentro. Con lo que yo realmente soy.
Ciertas argumentaciones defienden que Scorsese en dicha película simplemente quiere comunicar que el valor de las cosas está solo en nuestro interior y que de esa forma, nuestros actos, tal vez pueden no ser reflejo de la realidad sino de prácticas culturales adquiridas. Es decir, una persona puede rezar y asistir a un oficio religioso sin que realmente sea un verdadero cristiano. O bien puede hacerlo sin verdadera fe.
¿Es solo cuestión educacional o social?
Es evidente que ciertas personas frecuentan los sacramentos, e incluso rezan en actos públicos simplemente por una cuestión educacional y/o social. Son las mismas personas que asisten a bodas, bautizos y comuniones con respeto e incluso con seguimiento de la liturgia. Algunos pueden incluso cumplir con la obligación dominical de forma reiterada, bien por obligación, por acompañar a alguien o por simple costumbre. Estas personas, según la corriente defendida en “Silencio”, no rezan nunca en privado, ya que en su interior viven un vacío de fe y amor a Dios….
Pero realmente, ¿existe alguien tan osado que pueda asegurar que estas personas, en su soledad, no rezan ni aman a Dios en ningún momento? ¿Quién solo sabe lo que hay en el interior de cada alma? ¿No rezarán también en privado, por ejemplo, en momentos de desasosiego o de felicidad?
Folklore turístico
En estos días se dan cita miles de procesiones de Semana Santa en distintas partes del mundo, y mucha gente opina que es todo puro folklore turístico y que no hay verdadera devoción, ni en las cofradías ni en los que participan de las mismas.
Es real que la devoción popular no viene siempre acompañada de una coherencia de vida cristiana, pero la pasión con la que muchos penitentes acompañan las imágenes, es muy difícil de explicar sin un verdadero acto de amor.
Acto de amor
Ahí queda la anécdota de un paisano, que jamás participaba en ninguna celebración religiosa, pero iba por un camino, con los pies descalzos, a ver a la Virgen porque le había hecho una promesa. Quizá no haya coherencia absoluta en la anécdota, pero sí que es cierto que el amor siempre se plasma en actos, y esos actos son muchas veces sobrenaturales e incluso coherentes. Nunca sabes donde puede estar esperando nuestro Señor a un paisano. Nunca sabes…
Cuando se estrenó la película Silencio (2016), monseñor José Ignacio Munilla explicaba que el argumento principal de la película dirigida por Scorsese no es otro que la historia de una apostasía de dos sacerdotes jesuitas Share on X
1 Comentario. Dejar nuevo
Tu padre, que ve en lo escondido, te recompensará