Misericordia y políticas públicas para una sociedad del bienestar

La crisis del cristianismo en Europa y su impacto en la misericordia en políticas públicas

Solo el dogmatismo más cerril puede ignorar que la liquidación del cristianismo en una sociedad, que ha tenido en él su fundamento y razón común, comporta su degradación. Es el caso de la Unión Europea, de buena parte de ella, y en Forum Libertas lo hemos anunciado tiempo atrás, siguiendo la senda señalada por Juan Pablo II. “¡Europa, sé tú misma!”. Cuando hoy todo parece dañado por la polarización política, que en España con tanto encono siembra Sánchez, y la política en lugar de procurar el bien común se esfuerza por lograr el mal de la mayoría, la única respuesta es volver a ser nosotros mismos; esto es, recuperar y profundizar en los fundamentos, cuya matriz y expresión es el cristianismo. En este contexto, la misericordia en políticas públicas es crucial para revitalizar nuestra sociedad.

El papel del cristianismo como élan vital en la misericordia en políticas públicas

Porque él es, incluso solo como cultura, el élan vital  (energía vital) que señala Henri Bergson en 1907 en su libro La evolución creadora, un libro que por cierto estuvo en el Índice de Libros Prohibidos por la Iglesia. Pero si ahora lo traemos a cuento, es porque podemos apropiarnos del sentido de aquella palabra: una fuerza que causa la evolución y desarrollo de la condición humana, porque eso es también el sentido cristiano de la historia. Y es así porque el cristianismo, que significa camino de perfección basado en nuestra semejanza con Dios, es la única vía que, como explica San Bernardo de Claraval en La Consideración, permite al ser humano cumplir con el deseo de amarse a sí mismo y al mismo tiempo trascender en el amor a los demás; el amor a Dios. Porque es en esa trascendencia donde encuentra respuesta a aquella pasión por sí mismo. Este élan vital es esencial para integrar la misericordia en políticas públicas.

La decadencia del bienestar sin cristianismo y la necesidad de misericordia en políticas públicas

Por eso, cuando el cristianismo como sentido colectivo desaparece, surgen más desesperadas y desatadas que nunca las pasiones humanas de concupiscencia, que en términos digamos “técnicos” políticos, destruyen los fundamentos del estado del bienestar y le generan tales costes, de transacción y de oportunidad, que le impiden cada vez más cumplir con la misión asignada de proporcionar enseñanza gratuita, sanidad y vivienda social en buenas condiciones, y garantizar las prestaciones por enfermedad y jubilación. El cristianismo construye en la sociedad una gran red que genera el bien, y su ruptura da lugar a una maraña que nos ahoga en crisis acumuladas, que resultan imposibles de desentrañar. Aquí es donde la misericordia en políticas públicas puede marcar la diferencia.

En este contexto, la misericordia debería constituir una clave de las políticas públicas, si queremos superar el proceso autodestructivo en el que se hallan inmersas nuestras sociedades. También lo hemos tratado aquí. En este contexto, una primera nota es necesaria: la política basada en la misericordia es clave para transformar el estado del bienestar en la necesaria sociedad del bienestar, superadora de la mayoría de las limitaciones y deformaciones de aquel.

Características de la sociedad del bienestar

La sociedad del bienestar es un modelo alternativo que pone un énfasis diferente en cómo se logra el bienestar social y económico. Estas son algunas características clave:

• Definición: La sociedad del bienestar se centra en la participación activa de múltiples actores, incluyendo el gobierno, las empresas, las organizaciones no gubernamentales (ONG) y los ciudadanos, para crear un entorno que promueva el bienestar. En este modelo, el bienestar no es solo responsabilidad del estado, sino de la sociedad en su conjunto.
• Enfoque comunitario y colaborativo: Fomenta la participación y cooperación entre diferentes sectores de la sociedad.
• Responsabilidad compartida: El bienestar es una responsabilidad distribuida entre el gobierno, las comunidades y los individuos.
• Desarrollo sostenible: Pone un énfasis fuerte en la sostenibilidad y la equidad intergeneracional.
• Empoderamiento ciudadano: Se promueve la autonomía y la participación activa de los ciudadanos en la toma de decisiones que afectan a su bienestar.
• Innovación social: Fomenta soluciones creativas y flexibles para los problemas sociales, a menudo a través de iniciativas locales y de base.

Mecanismos de la sociedad del bienestar

Los mecanismos son:

• Iniciativas de la sociedad civil: ONG y grupos comunitarios que ofrecen servicios y apoyo.
• Empresas sociales: Empresas que combinan objetivos económicos con metas sociales y ambientales.
• Participación ciudadana: Mecanismos que permiten a los ciudadanos influir en políticas públicas y proyectos comunitarios.
• Uso de tecnologías emergentes: Para crear soluciones innovadoras a problemas sociales, como plataformas de crowdfunding para proyectos comunitarios. Ejemplos: Kiva (microcréditos), Neighborly (financiación de proyectos locales).

Ejemplos y papel del gobierno

Algunos ejemplos:

• Economía social y solidaria: Modelos de negocio que priorizan el bienestar social y ambiental sobre el lucro.
• Proyectos comunitarios: Iniciativas locales para mejorar la calidad de vida, como cooperativas de vivienda, jardines comunitarios, etc.

El papel del gobierno en la sociedad del bienestar es distinto. Está guiado por los principios de subsidiariedad y de participación, con el gobierno facilitando y apoyando, pero no monopolizando la provisión de bienestar.

En definitiva, la sociedad del bienestar ofrece un enfoque más holístico y participativo para el bienestar social, en contraste con el modelo más centralizado y estatal del estado del bienestar. Ambos modelos tienen sus fortalezas y desafíos, y la elección entre ellos puede depender del contexto socioeconómico y cultural de cada país o región. La tarea de los cristianos de fe como obligación y los de cultura como devoción es desarrollar y aplicar todo el inmenso potencial que, a la vez que sana al ser humano y a la sociedad, hace posible una vida mejor.