En su reflexión dominical después del rezo del Ángelus, el Papa Francisco hizo hincapié en la cuestión del miedo y la necesidad de no desperdiciar el mayor bien que tenemos: la vida. El Santo Padre instó a los fieles a permanecer fieles a lo que realmente cuenta, a pesar de las dificultades y las persecuciones que puedan surgir por seguir el Evangelio.
El Pontífice recordó las palabras de Jesús a sus discípulos en el Evangelio del día, donde repetidamente les dice: «No tengan miedo». Francisco señaló que las persecuciones por causa del Evangelio aún existen en la actualidad, y la Iglesia ha experimentado tanto alegrías como persecuciones desde sus inicios.
«El anuncio del Reino de Dios es un mensaje de paz y justicia, basado en la caridad fraterna y el perdón, y sin embargo, encuentra oposición, violencia y persecución», afirmó el Papa, destacando la aparente paradoja que rodea la difusión de la Buena Nueva.
El Papa Francisco hizo referencia al valle de Geenna, un lugar conocido por los habitantes de Jerusalén como el vertedero de la ciudad, para transmitir un mensaje profundo. Explicó que el verdadero miedo que debemos tener es el de malgastar nuestra propia vida, persiguiendo cosas triviales que no dan sentido a nuestra existencia.
«No debemos temer tanto sufrir incomprensiones, críticas o pérdidas materiales por permanecer fieles al Evangelio, sino temer desperdiciar la vida persiguiendo cosas superficiales que no llenan nuestra existencia de sentido», enfatizó el Santo Padre.
El Papa Francisco también señaló que en la sociedad actual, aquellos que no siguen ciertos modelos de moda pueden ser objeto de burlas o discriminación. Criticó la tendencia a poner en el centro de atención realidades de segunda categoría, como las posesiones materiales en lugar de las relaciones interpersonales y el tiempo dedicado a lo esencial.
El Sumo Pontífice hizo un llamado a renunciar a los ídolos de la eficacia y el consumismo, y a dedicar tiempo al Señor para no perderse en cosas pasajeras que finalmente se desechan. «La gente suele acabar en las ‘Geennas’ de hoy, donde los más vulnerables son tratados como material de desecho y objetos no deseados», expresó el Papa.
El Santo Padre concluyó su reflexión con un consejo valioso: no desperdiciar el mayor bien que tenemos, la vida. Invitó a los fieles a ir contracorriente, liberándose de los condicionamientos del pensamiento común y enfrentando las críticas de aquellos que siguen la corriente dominante. Además, los animó a cuestionarse sobre qué es lo que realmente les causa miedo y a anteponer el Evangelio en lugar de buscar agradar a los demás.
Encomendando a María, Virgen Sabia, el Papa Francisco pidió su ayuda para ser sabios y valientes en las decisiones que se toman, buscando dar sentido a la vida y no desperdiciarla en vanidades temporales.
El Papa Francisco también señaló que en la sociedad actual, aquellos que no siguen ciertos modelos de moda pueden ser objeto de burlas o discriminación Share on X