‘Merlín; historia y leyenda de la Inglaterra del rey Arturo‘, por G. Ashe

El autor Geoffrey Ashe, especialista en la época del rey Arturo, ha estudiado muchos de los personajes del entorno de Camelot y, curiosamente, el personaje con más visos de ser real fue Merlín, una especie de profeta galés, llamado Myrddin Emrys.

La historia de Merlín está llena de misterios, y los relatos literarios o históricos no nos aclaran sus orígenes. En la figura de Merlín se mezclan todo tipo de druidas, hasta convertirse en un personaje profético para Arturo y su Corte. Su historia es un recorrido por las historias de caballería, por los misterios y mitos de los pueblos céticos, y por la incansable búsqueda del Santo Grial.

Merlín pasa por un ser diabólico, divino o mágico. Las películas sobre el tema y la literatura barata, tan querida por el gran público, nos lo presentan como un individuo dotado de poderes mágicos y con capacidad para leer el futuro. Podría tratarse de un invento necesario para llenar el vacío existencial de su época, un guía espiritual y un consejero de gobernantes.

Cada obra escrita sobre Merlín, añade más misterio y más exageración sobre su persona. Artista y poeta, profeta e intérprete de los astros, parece un símbolo ecológico y astral, un referente de la unión del hombre con la naturaleza. La literatura de ficción encuentra en Merlín un filón inagotable para llenar páginas inútilmente; el cine toca el tema de forma tangencial, sin entrar nunca en el fondo de la historia.

La leyenda de Merlín se alimenta de la historia: de una parte, de un poeta bardo que vivía en Escocia y aconsejaba a los reyes; y de otra parte, la historia de Ambrosio el Niño, un contemporáneo de Arturo, medio profeta que intuyó la victoria de los sajones sobre los otros pueblos y creó los símbolos de esos pueblos, hasta hoy.

Geoffrey Ashe se atreve con el tema porque es un estudioso de la historia de Inglaterra y de la época de Arturo. Por eso remarca que la relación de Merlín con Arturo fue mínima. Su vida y su obra son una utopía explotada por los monarcas ingleses para sus propios intereses. Merlín se había convertido en el modelo a seguir. Para muchos, Merlín no existió, sólo fue un invento galés para justificar sus símbolos y sus orígenes misteriosos.

Para el autor, no interesa saber si realmente existió, sino cómo comenzó su leyenda, y cuáles son sus fundamentos, si los tiene. Este libro no concreta el origen y la vida de Merlín pero demuestra a través del mago-profeta, unos conocimientos importantes sobre la historia de Inglaterra y sobre la fragmentación de pueblos; de ahí la relevancia de la “mesa redonda” de Arturo, consejo dado por Merlín, para significar el deseo de unidad de los sajones y para convertir ese deseo, en un territorio sólido y en una monarquía potente.

Los mitos sirven para explicar la realidad y para aproximarla a los ciudadanos. Merlín parece un mito más, un mito fructífero para explicar los hechos. Tan fuerte es el mito, que la literatura europea, le ha dedicado centenares de obras durante siglos. Como el tema ha llegado hasta nosotros, ha marcado una renovación de la fidelidad a la monarquía y una crítica velada al republicanismo de los británicos. Esta crónica de mil quinientos años le sirve al autor para reafirmar el carácter comunitario de Arturo y su proyecto, lejos de la visión de los héroes solitarios de otras culturas.

Para Ashe, Merlín es el pretexto para poder escribir sobre hadas, magos, símbolos y personajes imposibles, todos centrados en la figura del mago, todos formando una continuidad en el hilo de la historia; pero sin llegar a ninguna conclusión categórica, sólo esperando que el lector paciente llegue hasta el final, en palabras del autor. Un planteamiento interesante para justificar un hecho histórico y su verdadero significado.