«A más problemas y adversidades, más ayuda necesitamos», afirma e-Cristians desde su iniciativa que propone rezar en la Basílica de la Virgen de la Mercè a la protectora de la ciudad.
La propuesta comienza el próximo el 9 de diciembre, miércoles, a las 19h. y tendrá continuidad cada segundo miércoles de mes a la misma hora y en el mismo lugar.
No es casualidad que la asociación haya escogido a la Mare de Déu de la Mercè para encomendar estos rezos, y es que a la Virgen se le atribuyen varios milagros vinculados a la ciudad.
Se cuenta que el 24 de septiembre de 1218 la Virgen de la Merced se apareció simultáneamente al rey Jaime I, a San Pedro Nolasco y San Ramón de Penyafort y los encomendó que instituyesen una orden religiosa para rescatar a los cristianos rehenes a tierras sarracenas.
También siglos más tarde, en 1687, Barcelona fue atacada por una plaga terrible de langostas y el pueblo invocó la protección a la Virgen de la Mercè. Cuando se salieron, la proclamaron patrona de la diócesis, aunque no lo fue de manera oficial hasta el 1868, con el papa Pío IX.
La Virgen de la Mercè y la epidemia de 1821
La Virgen de la Mercè también es responsable de su intercesión para salvar a Barcelona de la peste. El Archivo Diocesano de Barcelona, hizo pública recientemente sus investigaciones sobre los documentos que custodia referentes a la Virgen y las epidemias históricas que ha sufrido la ciudad de Barcelona. Tema de gran actualidad.
La fiebre amarilla o «peste amarilla» afectó muchísimo Barcelona. Era el verano del año 1821. Entró en la ciudad a través de un barco de comercio (y tráfico de esclavos, posiblemente). El barco se llamaba «El gran Turco». Se observó que las primeras víctimas fueron una docena de marineros y «mozos de cuerda» que accedieron a dicho barco.
Barcelona se encomendó a la Virgen y la peste remitió.