La política y periodista italiana Giorgia Meloni ganó junto con su partido, Hermanos de Italia, las elecciones generales italianas del pasado 25 de septiembre. Ahora, espera ser elegida Primera Ministra de Italia, lo que la convertiría en la primera mujer en servir en esa posición.
Su propuesta política ha sido calificada por parte de los partidos políticos y medios autodenominados progresistas como de extrema derecha. Un calificativo que se usa por parte de este sector para deslegitimar cualquier propuesta que defienda la vida, la familia, la natalidad, y que dude de la ideología de género como un camino acertado para construir las sociedades del futuro.
A continuación, el vídeo de uno de los discursos que alzó a Meloni al éxito en las elecciones transalpinas y que tuvo lugar el 30 de marzo de 2019 en el Congreso Mundial de la Familia en Verona, Italia:
Ese discurso, que se puede ver en el vídeo, desdeñado por una parte de la sociedad, es el que precisamente le ha dado el poder a Meloni. Existe una amplísima parte del electorado cansado de que se le explique cómo educar a sus hijos, de escuchar discursos que ven a los niños como una propiedad del Estado para malear a su ideología, que inocula una educación hipersexualizada en la que se proponen supuestas identidades sexuales (más de cien) y que fracturan la familia fundada biológicamente entre un hombre y una mujer.
Estos partidos políticos, en España hay ejemplos, suelen incluir en su repertorio de propuestas otras ligadas a menudo por una política inmigratoria restrictiva, un hondo sentido nacionalista y una defensa a ultranza de las instituciones del país y del orden establecido.
En estos partidos, parte del electorado cristiano encuentra una defensa de algunos de sus valores innegociables: defensa de la vida desde su concepción hasta su fin natural y la familia como la célula básica de la sociedad. Sin embargo, el resto de propuestas a veces son vistas como una parte de ese electorado cristiano como un ideario al que no se adscriben plenamente, pero que aceptan colateralmente.
La pregunta que cabe hacerse es si existe algún partido político de los no denominado de extrema derecha, que incorpore esas propuestas pro vida y pro familia. La respuesta en España, por ejemplo, desde que partidos de centro y centro derecha no han hecho de su bandera política central la familia y la vida, es que no. Y, reactivamente, son estos partidos los que provocan con su inacción el éxodo de parte de un electorado desatendido a partidos como el de Meloni.
La claridad del discurso de Meloni, su sencillez y su transparencia convierten a este tipo de propuestas políticas en un voto atractivo para las personas de valores, que, en un entorno político confuso y ambiguo, es ahí donde sienten atendidas sus peticiones.
