Hace una semana ForumLibertas informaba de que un estudio constata que en Catalunya ha crecido un 5700% los casos de niñas preadolescentes y adolescentes con disforia de género entre 2015 y 2021. Ahora los médicos de Cataluña se han posicionado.
Ante esta realidad, el Consejo de Colegios Oficiales de Médicos de Cataluña ha elaborado un documento de posicionamiento que han llamado La atención a la diversidad de género en personas menores de edad.
En el documento constata lo que ocurre en las consultas médicas: «asistimos a un incremento progresivo de menores de edad que afirman experimentar malestar con el género asignado al nacer o identificarse como transgénero».
Los médicos de Cataluña reconocen que la llamada disforia de género va asociada a «un incremento de sintomatología ansiosa, depresión, ideación y tentativas de suicidio y puede estar asociada a un mayor riesgo de bullying, de estereotipos y de rechazo escolar». Y advierten de que «es indispensable que los profesionales que atienden a estos menores actúen con unos principios deontológicos claros, pensando siempre en el mayor beneficio del niño».
La atención de la infancia y adolescencia con este tipo de situaciones requiere un abordaje con un modelo biopsicosocial, dicen, porque «las necesidades de estas personas pueden ser muy variadas a lo largo del proceso, lo que hace necesario un acompañamiento desde diferentes ámbitos».
Para ello, hacen falta equipos multidisciplinarios, que permitan una valoración integral teniendo en cuenta «los aspectos psicológicos, médicos, sociales y éticos, según las necesidades de cada persona y familia».
Este posicionamiento médico revela que hay un claro efecto llamada a los jóvenes desde la Ley Trans y las políticas del homosexualismo político que desde el Ministerio de Igualdad y el Gobierno se promueven transversalmente.
Los médicos avisan que es importante considerar, señalan, «la experiencia de otros países, como el Reino Unido, Suecia, Finlandia, Francia o Australia, donde se está limitando el uso indiscriminado de los tratamientos hormonales, priorizando la atención psicológica y el acompañamiento«.
Por otro lado, en la adolescencia, cuando se experimentan las características sexuales primarias o secundarias y el sexo asignado al nacer como incompatibles con la supuesta identidad de género de la persona, puede aparecer una intensa angustia y, en ocasiones, «serán necesarias intervenciones medicalizadas, como tratamientos hormonales que requieran de la valoración de especialistas en endocrinología o ginecología, entre otros».
Sin embargo, sobre el tratamiento farmacológico en estos casos, el informe de posicionamiento del Consejo General de Colegios de Médicos de Cataluña se muestra muy cauto. Reconoce que algunos estudios muestran los beneficios del tratamiento de bloqueo puberal y de afirmación de género, pero «hay que tener en cuenta que la evidencia científica es escasa y que hay poca literatura sobre su uso prolongado».
Además, insisten en que «tanto los fármacos bloqueadores de la pubertad, como la terapia hormonal de afirmación se utilizan en uso fuera de ficha técnica. Es decir, ninguno de estos fármacos tiene aprobación de su uso para esta indicación en el registro».
Son fármacos con efectos deseados y efectos adversos, según apuntan. Por todo esto, «es importante que sean prescritos por profesionales con alta experiencia, de manera prudente y proporcional, para que su indicación sea siempre en el beneficio de la persona», dicen.
