Un reciente estudio del Pew Research Center revela un cambio significativo en las prácticas religiosas a nivel global, estimando que alrededor del 20% o más de los adultos en países de Asia Oriental, Europa y las Américas han dejado la religión de su infancia.
Este fenómeno, caracterizado por la desafección religiosa o el cambio de creencias, ha sido más pronunciado entre las personas criadas en el cristianismo y el budismo, con algunas naciones experimentando una disminución drástica en la adherencia religiosa.
El declive del cristianismo
En los países analizados, el cristianismo ha sufrido las mayores pérdidas.
España destaca con un 35% de adultos que fueron criados como cristianos, pero ahora se identifican como no religiosos.
Esta tendencia no es exclusiva de España, ya que otras naciones europeas como Suecia, Alemania y los Países Bajos reportan patrones similares de abandono religioso, con cifras que van del 28% al 29%.
En Canadá y el Reino Unido, el 26% de los adultos criados como cristianos ahora se consideran no practicantes de ninguna religión.
En contraste, Estados Unidos, aunque no es ajeno a esta tendencia, se mantiene relativamente estable en comparación con sus contrapartes europeas.
Solo el 19% de los adultos en EE. UU. que fueron criados como cristianos ahora se describen como no practicantes de ninguna religión.
A pesar de estos cambios, en casi todos los países encuestados, las mayorías de los cristianos han mantenido su fe, con naciones como Filipinas, Hungría y Nigeria mostrando altas tasas de continuidad religiosa.
Patrones globales de cambio religioso
El estudio también revela que el cambio religioso no se limita a las naciones occidentales. En países como Corea del Sur y Singapur, muchos adultos han adoptado el cristianismo, aunque sigue siendo una minoría en estas naciones.
En Singapur, alrededor de cuatro de cada diez adultos cristianos informan haber sido criados en otra religión o sin religión, mientras que en Corea del Sur, el 33% de los adultos se identifican como cristianos, a pesar de que el cristianismo no es la religión mayoritaria allí.
Países como Corea del Sur (50%), España (40%) y Canadá (38%) lideran el mundo en cuanto al cambio religioso, con una parte significativa de la población adulta cambiando su identidad religiosa.
Por otro lado, naciones como Túnez, Bangladesh, Indonesia e Israel reportan las tasas más bajas de cambio religioso, con cifras que generalmente son inferiores al 1%.
Una brecha generacional
Otro hallazgo clave del informe es la brecha generacional en el cambio religioso.
En 13 de los 36 países encuestados, los adultos más jóvenes (menos de 35 años) son más propensos a haber cambiado de religión que los adultos mayores (de 50 años en adelante).
Esta tendencia es especialmente evidente en América Latina, Europa y América del Norte, lo que sugiere un cambio cultural hacia la secularización, particularmente entre las generaciones más jóvenes. Esta brecha generacional resalta la tendencia de secularización, especialmente en los países occidentales, donde la creencia y la práctica religiosa están en declive.
La presencia duradera del cristianismo
A pesar de las significativas pérdidas en la práctica religiosa, el cristianismo sigue siendo una fuerza poderosa a nivel global.
El informe de Pew confirma que el cristianismo continúa siendo la religión más grande y geográficamente extendida del mundo, con una mayoría de la población identificándose como cristiana en 25 de los países encuestados.
En países como Filipinas y Nigeria, casi todas las personas criadas como cristianas mantienen su fe en la adultez.
Los datos también sugieren que, aunque la secularización es evidente, especialmente en el mundo occidental, la identidad religiosa sigue siendo un aspecto profundamente arraigado en las culturas globales.