Es un hecho constatado que la vulnerabilidad y la pobreza se han asentado en España en los últimos años, como constataba recientemente un informe del Observatorio Social de “la Caixa”.
En esa misma línea, el VIII Informe anual ‘El estado de la pobreza’, del indicador AROPE, advierte de que más de 12 millones de personas están actualmente en riesgo de pobreza y/o exclusión social en territorio español.
Además, en su Resumen Ejecutivo, detalla que la vulnerabilidad afecta más a las mujeres que a los hombres, y también a “una de cada dos personas en hogares monoparentales y casi uno de cada tres niños y niñas menores de 16 años”.
El informe, que hace un “seguimiento del indicador de pobreza y exclusión social en España 2008-2017”, confirma que “España está lejos de cumplir el objetivo de reducción de pobreza y/o exclusión social” detallado en la Estrategia Europea 2020, que supone reducir en 2,3 millones el número de personas en riesgo de pobreza y exclusión social en los próximos dos años.
Cabe recordar que el indicador AROPE incluye a personas que viven por debajo del umbral de pobreza (pobreza relativa); personas que sufren privación material severa; y personas que viven en hogares con una intensidad de empleo baja o nula.
Una pobreza con múltiples rostros
Los responsables del estudio destacan que, a pesar de que el indicador AROPE ha disminuido 1,3 puntos porcentuales entre 2016 y 2017, es decir que ha descendido por tercer año consecutivo, “un total de 12.338.187 personas, que suponen el 26,6 % de la población residente en España, está en riesgo de pobreza y/o exclusión social”, como se puede ver en este gráfico, reproducido a partir del informe.
Al mismo tiempo, “la tasa AROPE femenina es del 27,1% y por primera vez desde 2011 vuelve a ser superior a la masculina. En 2017 había 6,4 millones de mujeres y 5,9 millones de hombres en riesgo de pobreza y/o exclusión social; es decir medio millón más de mujeres afectadas”, se detalla.
El siguiente vídeo del informe AROPE, muestra de forma inequívoca que “la pobreza tiene múltiples rostros”.
Hogares monoparentales y niños, el mayor riesgo
Otra cuestión que analiza el estudio es la especial incidencia de la exclusión social en el colectivo de los hogares monoparentales: “una de cada dos personas que viven en hogares monoparentales está en riesgo de pobreza y o exclusión”, como se observa en este otro gráfico.
Además, de ese 47,9% de riesgo de pobreza en los hogares de un adulto con uno o más niños dependientes, “el 83 % de los hogares monoparentales son ‘monomarentales’, es decir, están a cargo de una mujer”, aclara el informe.
Por detrás, en orden de mayor a menor riesgo, están otros hogares con niños dependientes (35,5%), hogares de una sola persona (26,9%), hogares con dos adultos con uno o más niños dependientes (26,6%), otros hogares sin niños dependientes (22,9%) y hogares con dos adultos sin niños dependientes (22,1%).
Ligado a esta cuestión, el informe insiste en que “tener hijos/as en el hogar aumenta el riesgo de pobreza y exclusión, y la población infantil, definida como aquella que es menor de 18 años, registra tasas muy elevadas en la gran mayoría de indicadores de pobreza y/o exclusión social”.
“Para 2017, el 31,3% está en situación AROPE, el 28,3% vive en riesgo de pobreza y el 10,8% lo hace en pobreza severa, el 9,8% vive en hogares con baja intensidad de empleo y el 6,5% soporta privación material severa”.
Con estos datos, informe insiste en que “casi uno de cada tres niños y niñas menores de 16 años está en riesgo de pobreza y/o exclusión social”.
Con empleo, pero pobres
Por otra parte, “entre las personas sin empleo el riesgo de pobreza y/o exclusión social alcanza al 59,1%, lo que refleja la pérdida de protección social del colectivo”.
Asimismo, “se debe destacar especialmente que el 14,1% de las personas ocupadas se encuentra en riego de pobreza, es decir son personas trabajadoras pobres”. Y este dato confirma que “tener un empleo no garantiza salir de la pobreza”, aunque se insista en este planteamiento.
Los responsables del estudio constatan también una reducción importante de la tasa AROPE entre la población extranjera. Así, aunque esa tasa sigue siendo elevada, “no es verdad que muchas personas en AROPE sean extranjeras. “En realidad, el 83% de todas las personas AROPE es de nacionalidad española y solo el 16,4% es extranjera”, agregan.
En cuanto a los pensionistas, “la tasa de riesgo de pobreza de las personas jubiladas alcanza este año el 13,1%, con lo cual ha mantenido su línea ascendente, inaugurada en el año 2014”.
Privación y pobreza severa
Otro aspecto de la pobreza que aborda el estudio es el referente a la privación material severa y la pobreza severa.
En cuanto a la privación material severa (PMS), en 2017 alcanzaba “al 5,1% de la población española, lo que supone algo más de 2,3 millones de personas. A pesar de la reducción experimentada desde 2015, la PMS aún es muy elevada y llega a unas 700.000 personas más que en el año 2008”, dice el informe.
Entre las mujeres la PMS es del 5,3%, cuatro décimas por encima de la masculina (4,9%). Las tasas más altas corresponden a los jóvenes (8,4% entre jóvenes de 16 a 29 años y 6,5% entre los menores de 18 años).
“Se destaca especialmente que el 12% de las personas que viven en hogares monoparentales están en privación material severa” agrega el estudio.
Además, “un 53,3% de las personas tiene dificultades para llegar a final de mes” (28,2% cierta dificultad, 15,6% dificultad, y 9,5% mucha dificultad).
Al mismo tiempo, “en 2017, aproximadamente el 6,9 % de la población, que vienen a ser unos 3,2 millones de personas, viven en pobreza severa (30% de la mediana)”, como se ve en este tercer gráfico.
La cifra supone “un aumento de algo más de 300.000 personas con respecto a las del año anterior”. En 2017, la pobreza severa alcanzaba “al 6,7% de los hombres y al 7,1% de las mujeres”, puntualiza el informe.
“Por otra parte, si se calcula con el 40% de la mediana, están en pobreza severa el 10,5% de la población española, es decir, unos 4,8 millones de personas que son, prácticamente, la mitad de la población pobre”, añade.
Todo ello lleva a concluir un “empeoramiento de las condiciones de vida de la población pobre. […] La población en riesgo de pobreza está mucho más empobrecida que en años anteriores, no solo comparada con el año 2009, sino que también con respecto al año 2014, fecha del supuesto inicio de la recuperación económica”.
El AROPE español en contraste con la UE
En otro de sus apartados, el informe AROPE analiza la situación de España en contraste con el resto de la UE-28 y, “para prácticamente todas las variables de pobreza, exclusión y desigualdad, los datos españoles están por encima del valor medio que corresponde al conjunto de la Unión Europea”.
Así, “la tasa AROPE es 4,4 puntos porcentuales superior a la media de la UE y la séptima más alta de todos los países miembros”. Por encima sólo están Bulgaria, Rumanía, Grecia, Lituania, Italia y Letonia, como se ve en este último gráfico.
Cuando el estudio detalla la posición de España en los otros indicadores AROPE, muestra estos datos:
– “La tasa de riesgo de pobreza es cinco puntos porcentuales superior a la media de todos los países de la UE. En su conjunto, España ocupa el tercer lugar de la lista, sólo por debajo de Rumanía y Bulgaria.
– La privación material severa es el único indicador cuyos resultados en España están por debajo de la media de la Unión Europea. Sin embargo, es motivo de preocupación el extraordinario crecimiento de la tasa, que pasó desde el 3,6% al 5,8% de la población, es decir, un incremento del 61% desde 2008. En el mismo periodo, la tasa media de PMS en el conjunto de los países de la Unión Europea se redujo un 11,8%.
– En el año 2016 el porcentaje de hogares con baja intensidad en el empleo era del 14,9%, cifra 4,4 puntos porcentuales más elevada que la media del conjunto y la tercera más alta de todos los países de la Unión Europea, sólo inferior a Irlanda y Grecia”, concluye el informe.