Netflix ningunea a la fe católica con el tráiler de su nueva película «María», programada para estrenarse el 6 de diciembre.
María siempre Virgen
El largometraje «María» va mucho más allá de la provocación superficial. Se trata de un ataque directo a la figura de la Santísima Virgen María representándola con dolores de parto.
Esta manipulación ideológica intenta denigrar el nacimiento de Jesús para defender una ideología particular, mostrando una falta de respeto hacia la fe de millones de personas y desvirtuando la realidad.
La fe católica enseña que la virginidad perpetua de María en el parto significa que no hubo ruptura del himen, sangramiento ni dolor alguno en el milagroso alumbramiento virginal de Nuestro Señor Jesucristo, tal como lo han afirmado numerosos santos padres y teólogos (ver Ludwig Ott, Manual de Teología Dogmática, pág. 322-324).
Esta doctrina se fundamenta en la Tradición de la Iglesia, tal como lo expresó San Agustín: «En tales cosas la razón íntegra del hecho es la omnipotencia de quien lo hace» (Ep. 137, 2, 8), y se reafirma en la enseñanza del Papa San León I y en el V Concilio de Constantinopla, donde se otorga a María el título de ‘Siempre Virgen’.
Por tanto lo representado en Netflix no es solo una cuestión de mal gusto, sino que también refleja la tendencia de respaldar ideologías contemporáneas.
La grandeza de María radica precisamente en su entrega total a Dios, y no simplemente en ser un instrumento biológico.
María no fue solamente la Madre de Dios, sino la Madre de Dios siempre Virgen.
Por obra y gracia del Espíritu Santo
Ella concibió por obra y gracia del Espíritu Santo, no por obra de varón. Como explica el Catecismo de la Iglesia Católica, Dios tuvo ‘la iniciativa absoluta en la Encarnación’ (CEC, 503). Jesucristo, el Redentor, es un don de Dios a la humanidad; el hombre no podía salvarse por sí mismo. ‘Jesús fue concebido por obra del Espíritu Santo en el seno de la Virgen María porque él es el Nuevo Adán, que inaugura la nueva creación’ (CEC, 504).
San Juan Pablo II, en ‘Mulieris Dignitatem’, subraya la dignidad única de la mujer, la cual se encuentra en su disposición completa a la voluntad divina, tal como lo demuestra María (MD, 5).
La imagen de Netflix contradice de manera abierta y provocativa la Virginidad Perpetua de María ye le hecho de que el nacimiento de Cristo fue milagroso, sin dolor ni pérdida de la virginidad de su Madre, conforme a lo enseñado por el Concilio de Letrán (649 d.C.) y el Papa Pablo IV (1555), quienes confirmaron que la virginidad corporal de María se mantuvo intacta durante el parto (Dz 256, 993).
En la encíclica ‘Mystici Corporis’, Pío XII también subraya este aspecto al afirmar que María «dio la vida a Cristo nuestro Señor con un parto admirable», reiterando la integridad virginal de María incluso durante el parto.
Santo Tomás de Aquino, en su Suma Teológica (III, q.28), como se reafirma en el Concilio de Letrán (649 d.C.), donde se condenaron las doctrinas que negaban la virginidad perpetua de María, proporciona una explicación sólida sobre la conveniencia y la naturaleza del nacimiento virginal de Cristo.
La Virginidad Perpetua de María no es una cuestión de interpretación moderna ni una simple exageración de devotos.
Jesucristo nació de forma virginal
María fue virgen antes del parto, en el parto y después del parto, es decir, perpetuamente Virgen, como don de Dios a su Madre. Jesucristo nació de forma virginal sin quebrantar la integridad de su Madre.
Lumen Gentium, 57 afirma: ‘Y en el nacimiento, cuando la Madre de Dios, llena de gozo, presentó a los pastores y a los Magos a su Hijo primogénito, que, lejos de menoscabar, consagró su integridad virginal’.
La Tradición de la Iglesia es unánime en este punto.
San Zenón de Verona decía: «Sobre todo, ella misma se asombra de que le haya venido un hijo tal, que no creería que ha nacido de ella, si así como era virgen incorrupta después de concebirlo, no se hubiese encontrado tal también después del parto». San Gregorio de Nisa añadió: «Como allí la zarza está en llamas pero no se quema, también aquí la Virgen alumbra la Luz y no se corrompe».
San Agustín concluyó: «Una virgen creyó, una virgen concibió, una virgen dio a luz y virgen permaneció». El Papa San León Magno también proclamó: «Con razón el parto salvífico no llevó ninguna corrupción a la integridad virginal, porque fue custodia del pudor dar a luz la Verdad».
Además, la Iglesia ha enseñado desde el comienzo que el parto de María fue indoloro. San Ireneo de Lyon aplicó a María el texto de Isaías 66,7: «Antes de que engendre la que está en dolores y antes de que le lleguen los dolores del parto, dio a luz a un niño»
La liturgia hispano-mozárabe también subraya esto: «No convenía que soportara tales gemidos, la que producía los gozos de todos; ni que el origen del júbilo conociera la violencia del dolor». Aunque el racionalismo imperante haga que muchos sientan vergüenza de proclamar las verdades de la fe, nosotros confesamos con alegría la maternidad virginal de María, también en el parto indoloro del Hijo de Dios.
En los Evangelios, el nacimiento milagroso de Cristo se presenta como el inicio de una nueva era para la humanidad, una era de gracia y de reconciliación con Dios.
La virginidad de María es un símbolo del acto puro que representa la llegada de Cristo. No es una cuestión menor ni un detalle irrelevante; está profundamente conectado con eventos clave en la vida de Jesús, lo que subraya su divinidad y el poder milagroso que se manifiesta en él.
Negar o banalizar este dogma no es simplemente una expresión artística, es una afrenta a la fe y la verdad revelada que los cristianos han defendido y vivido durante siglos.
Quienes atacan la Virginidad de María están perdiendo de vista la belleza y la profundidad del plan divino.
La respuesta ante la nueva película de Netflix debe ser clara y decidida. La manipulación ideológica que se pretende al atacar la virginidad de María ignora la profundidad de la fe. No debemos aceptar como normales este tipo de ataques, y es nuestra responsabilidad defender lo que es santo.
Con firmeza y con el ejemplo de aquellos que han venido antes que nosotros, sigamos proclamando nuestra fe y defendiendo la verdad en cada oportunidad que se nos presente.
El mensaje de Netflix es directo y claro, y la respuesta debe ser igualmente firme y llena de convicción.
2 Comentarios. Dejar nuevo
En física hay un fenómeno llamado Efecto Túnel. Se ha demostrado experimentalmente su existencia.
Un chorro de electrones (carga negativa) se lanza contra una barrera de carga negativa. En física clásica los electrones son repelidos por la barrera. En física cuántica los electrones aparecen al otro lado de la barrera.
Expertos y no expertos admiten que el efecto túnel es una realidad. Nadie la niega, a menos que quiera negar lo que la ciencia establece.
El parto virginal de la Virgen María sí se niega. Aunque sea compatible con el efecto túnel.
Para los científicos, toda la credibilidad. Ninguna credibilidad para Dios, que dio origen a los fenómenos físicos; para Dios que en su científica sabiduría puede hacer que lo posible para unas partículas sea también posible para un conjunto de partículas, como es cualquier cuerpo, incluido el cuerpo humano, y para nuestro caso el cuerpo del Niño Dios.
Nadin. Para los que creen tengo mil razones , par los que no quieren creer, no tengo ninguna.
Pero esta in creencia está también dentro de la misma Iglesia. En alguna que otra homilía hemos oído sobre los dolores de parto de la Virgen. A la sobrenaturalidad se la ha escondido en muchos casos, por lo que si tenemos que dar razones de todo lo sobrenatural, no hay forma. Solo Dios.