El aumento de trabajadores con títulos universitarios, que les permiten acceder a un abanico más grande de posibilidades, paradójicamente se está convirtiendo en un problema. España, que en los últimos 57 años ha pasado del 50,1% de analfabetismo al 2,5%, está empezando a entrar en una nueva etapa. Según el análisis de la educación por los profesores Luis Ortiz y Jorge Rodríguez Menés, de la Universidad Pompeu Fabra, este fenómeno no se hubiera desarrollado dé esta forma si la educación fuera un bien posicional. Esto significa que se le de más importancia al lugar jerárquico que ocupe el trabajador que no a sus títulos. Así elementos como el nivel cultural o las habilidades del trabajador tomarían más importancia. Al no seguir esta línea se está viviendo una depreciación de los títulos universitarios.
¿Cómo ha evolucionado la educación?
En Europa Occidental el crecimiento de personas con educación ha aumentado exponencialmente. Mientras que en 1960 Reino Unido ostentaba de un mayor promedio de años de estudio, fue a partir de los años 90 cuando Francia y España tomaron ventaja.
La rápida desaparición del analfabetismo y el aumento de estudiantes con formación superior ha sido un gran logro. En el estudio se distingue dos tipos de valores de los títulos universitarios: el valor intrínseco y el valor posicional. El primero, tal como es llamado, se refiere a las habilidades que conllevan el poseer dicha titulación. Un médico, por el hecho de tener el grado, se entiende que está capacitado para actuar como tal.
El valor posicional, en cambio, es de carácter relativo. Esta característica depende del número de personas con niveles similares educativos o mayores. Esto significa que no es lo mismo un economista hace 70 años, cuando eran pocos los que habían cursado este título, que ahora. Luis Ortiz y Jorge Rodríguez Menés ponen en énfasis que, hasta hace poco, no se había considerado en los análisis la importancia de este valor. Respecto a cómo afrontar el valor posicional existen dos teorías. La Teoría del Capital Humano niega que existan problemas producidos por el aumento de trabajadores con el mismo nivel educativo. Por otro lado, la teoría del Credencialismo considera que la inflación de credenciales causan directamente una devaluación del valor de los títulos. Los individuos, por tal de diferenciarse, buscan tener niveles más superiores hasta que estos pierden valor. Otra consecuencia es que, por ejemplo, al existir muchos trabajadores con máster, el hecho de poseer un título universitario ya no es como antes.
El gráfico superior muestra como el prestigio del nivel educativo superior ha perdido importancia. La correlación entre el número de titulados y el valor posicional es totalmente directa. Este descenso, paralelo al del valor posicional provocado por la expansión educativa reflejado en el gráfico 2, es un primer indicador de una posible devaluación de las credenciales educativas, entendida como pérdida de capacidad para garantizar a los egresados del sistema educativo el desempeño de las mismas ocupaciones a las que accedían antes.
Una devaluación desigual
A pesar de que las titulaciones universitarias han perdido valor relativo, no se ha producido de la misma manera en todas ellas.
Los estudios técnicos y científicos no sólo no han perdido prestigio, sino que han conseguido aumentar levemente. a ventaja respecto a los estudios generales fue especialmente notable a nivel universitario, posiblemente porque los estudios técnicos transmiten a los empleadores una señal más clara de las competencias que detentan los que tienen esos títulos. Esta interpretación es más plausible en tanto en cuanto en nuestros análisis neutralizamos, vía la consideración del sector económico y del periodo de acceso al mercado de trabajo, el efecto que las variaciones cíclicas en la demanda de trabajos técnicos pudo tener sobre los rendimientos ocupacionales de esas titulaciones.
En cuanto a los estudios relacionados con la sanidad, ha mostrado un comportamiento similar a las ciencias sociales y las humanidades. Una de las explicaciones puede ser que la regulación de acceso haya sido menos estricta. Por otro lado, cabe considerar que dentro de esta rama educativa además de incluirse Medicina y Enfermería también están los títulos relacionados con servicios sociales.