Los avances en robótica e inteligencia artificial se superan día a día. Crece el número y los tipos de robots en la industria y los hospitales, entre otros sectores, y cada vez están más presentes en las relaciones laborales y personales. Sin embargo, lejos de ganar adeptos, su impopularidad en Europa es creciente.
Tanto es así que, a pesar de su expansión, los robots en España y en la UE son más rechazados ahora que hace cinco años. De hecho, entre 2012 y 2017, la visión positiva de la robótica y la inteligencia artificial en España ha caído ocho puntos porcentuales y en la UE ese descenso ha sido de nueve puntos.
Al mismo tiempo, el porcentaje de la aceptación de robotización y empleo ha descendido 12 puntos porcentuales tanto entre los españoles como entre los europeos.
Cabe recordar que, a principios del mes pasado, ya advertíamos sobre la amenaza que suponía para muchos la robotización del empleo; y el pasado mes de marzo de los riesgos de los avances tecnológicos, con robots que sustituyen a amigos y un cierto secretismo en el desarrollo de la inteligencia artificial.
La robótica en España, más impopular
La creciente impopularidad de los robots es constatada por los investigadores alemanes Timo Gnambs y Markus Appel, tras analizar la evolución de las actitudes de los europeos hacia los robots en los últimos cinco años, según informaba La Vanguardia el pasado 23 de diciembre.
En un artículo publicado en la revista especializada Computers in Human Behavior, estos psicólogos afirman que la opinión pública sobre los robots, según los Eurobarómetros de la Comisión Europea, se ha tornado más negativa con el paso del tiempo.
Así, en 2017, el porcentaje de europeos que contemplaban la robótica y la inteligencia artificial como muy positivos o bastante positivos sumaban el 61%, mientras que en 2012 ese porcentaje era del 70%, es decir nueve puntos porcentuales mayor, como se puede ver en este gráfico, reproducido a partir de la información de La Vanguardia.
Al mismo tiempo, en ese periodo creció del 23% al 30% el grupo de quienes los consideran negativos o muy negativos.
En el caso de España, la visión positiva de los robots y la inteligencia artificial entre 2012 y 2017 pasó del 64% al 56%, o sea esos ocho puntos porcentuales menos citados anteriormente. En sentido contrario, la opinión negativa creció del 27% al 34%.
Robots y empleo, un vínculo incómodo
Esa caída de la popularidad de los robots es aún más acusada cuando se trata de la automatización de los puestos de trabajo.
En 2012, el porcentaje de europeos que se sentía muy cómodo o bastante cómodo con el ensamblaje de los robots y el empleo, es decir teniendo un asistente robótico en su puesto de trabajo era del 69%. Sin embargo, ese porcentaje caía hasta el 57% cinco años más tarde, como se puede ver en este otro gráfico.
En cuanto a quienes se sentían muy incómodos con la presencia de un robot en el trabajo, del 27% en 2012 se pasó al 37% en 2017.
En España ha sucedido algo parecido, el grado de aceptación cayó del 65% en 2012 al 53% cinco años más tarde; mientras el rechazo crecía nueve puntos porcentuales en esos cinco años (34% al 43%).
Todo ello tiene que ver con el hecho de que una mayor penetración de las máquinas inteligentes en el mercado laboral ha ido acompañada por el convencimiento de que los robots y la inteligencia artificial ‘roban’ puestos de trabajo, y de que su desarrollo elimina más empleos de los que crea.
A mayor conocimiento y formación, más aceptación
Por otra parte, los datos del Eurobarómetro constatan que, a mayor conocimiento y formación de la población, mejor es la imagen que los ciudadanos tienen de los robots y la inteligencia artificial.
Entre los niveles educativos más bajos, solo el 38% valora como algo positivo la robótica y la inteligencia artificial, mientras en los más altos ese porcentaje sube al 72%.
También se muestran más favorables a los robots quienes usan a diario internet que quienes no (68% frente al 33%); los hombres respecto a las mujeres; y los jóvenes frente a los mayores de 55 años.
Al mismo tiempo, aunque son pocos los europeos dispuestos a trabajar asistidos por un robot, aún son menos (45%) los que se declaran cómodos con la idea de que los robots atiendan o hagan compañía a enfermos o ancianos; o con la posibilidad de que un robot intervenga en una operación quirúrgica (44%), a pesar de que la aceptación sobre estos dos últimos usos de la robótica ha crecido en los últimos cinco años, según muestra el Eurobarómetro.