Aprovechando el inicio de curso y observando desde hace ya muchas décadas, la evolución de nuestros sistemas educativos, con planes nuevos cada vez que entran gobiernos de diferentes ideologías; he de comunicar que seguimos fracasando hasta que de una vez y por todas se haga un pacto de estado en educación que dure muchos años y que haga que nuestro país sea rico en cultura, pues un país rico, es un país libre y próspero.
He estado casi cuarenta años en la enseñanza, en el 2020 dejé está bellísima tarea, al jubilarme. Continuamente permanecía en mi mente de qué manera podía educar cada día mejor a mis alumnos, para que ellos fueran el día de mañana más libres, más responsables, más felices y mejores ciudadanos.
Impartir conocimientos es muy fácil, o a mí me lo parecía; lo difícil es saberlos transmitir con un algo más ¿Y qué es ese algo más? Yo creía siempre, que eran los valores – mal visto el término actualmente -, las aptitudes, la solidaridad, el respeto a los demás y a sus ideas, la fortaleza, el compañerismo, la honradez, etc.
Todos los ciudadanos, no solamente los que hemos educado en enseñanzas primarias y secundarias, sino en la universidad, en la familia, en las empresas, en los hospitales etc., debemos insistir en transmitir la amabilidad, la responsabilidad, el trabajo bien hecho y en equipo, el orden, la lealtad hacia los demás. De esta forma tendremos una sociedad más fuerte, más justa, más democrática, más respetuosa, más solidaria y más rica.
A mí no me fue nada mal y es un gran orgullo plasmarlo en estas líneas, y como a mí a cientos de colegas que transmitimos todo esto que he enumerado anteriormente. Tengo cientos de antiguos alumnos bien formados y en puestos de todo tipo, con profesiones variadas.
¿Qué nos está sucediendo ahora?
La infinidad de leyes educativas, la falta de responsabilidad de nuestros representantes políticos, que no son capaces de llegar a un pacto de estado por la educación.
Es inaudito que no se premie el esfuerzo, que no se exija a los alumnos y que nos conformemos con el todo vale, ahí tenemos los informes Pisa que nos sitúan con muy malos resultados.
Mi experiencia en el aula con exigencia y cariño hacia todos mis alumnos, me hizo ver en cada una de las clases que impartía, que existían variedad de alumnos en diferentes procesos de maduración, pero el ritmo de cada niño es diferente y hay que atender personalmente esas singularidades.
No podemos frenar a unos educandos para perjudicarlos, todos deben llevar su compás. Lo que es insólito para equilibrar la clase en conocimientos, que unos esperen a otros quedándose aburridos, perturbando, sin hacer nada y para colmo perjudicando al resto de los compañeros. Se da el caso en cientos de aulas de nuestro país, que los niveles de conocimientos son tan bajos que se exigen a los docentes que se aprueben a los alumnos y las leyes educativas amparan esas medidas.
¿Pero qué se está haciendo? ¿Esta es la forma de que un país avance?
Es insólito que tengamos 17 comunidades con diferentes temarios y objetivos, en vez de unificar criterios y que todos nuestros jóvenes estudien lo mismo en cualquier rincón de nuestra geografía, seguro que nos iría extraordinariamente mejor.
Por favor, señores gobernantes, mediten y piensen siempre en el pueblo…Un pueblo culto, es un pueblo libre y jamás será manipulado.
Es inaudito que no se premie el esfuerzo, que no se exija a los alumnos y que nos conformemos con el todo vale, ahí tenemos los informes Pisa que nos sitúan con muy malos resultados Share on X