A partir del año que viene el AVE tendrá que competir contra otros trenes de alta velocidad. Por mandato europeo, el cual establece que a finales del 2020 se liberalice el sector, tres grandes compañías competirán en la red de Adif: Renfe, Ilsa (55% de Air Nostrum y un 45% en manos de la pública italiana Trenitalia) y Rielsfera (perteneciente al francés SNCF).
Renfe se ha adjudicado de forma preliminar el paquete de capacidad máxima puesto en juego por Adif para rodar en los tres grandes corredores de la red: Madrid-Barcelona; Madrid-Valencia-Alicante, y Madrid-Sevilla-Málaga. Por volumen, vendrá detrás Ilsa, que ocupará en un 70% de media durante la vigencia del acuerdo marco. Su flota será de 23 trenes y tiene previsto lanzar su primer servicio en enero de 2022, una vez que el material rodante aportado por Trenitalia haya sido homologado. En el caso de Rielsfera constará de una decena de Alstom Duplex (de dos plantas) que está homologando ya SNCF para competir en este país con su modelo de bajo coste
La presidenta de Adif, Isabel Pardo de Vera, calificó la preadjudicación de capacidad marco a largo plazo (diez años) como “un hito histórico”, que debe traducirse en un uso más intensivo de la red, una mayor oferta para el ciudadano y en mejores precios. Además de rentabilizar y maximizar el uso de la red, la liberalización presupone una reducción de precios en los billetes de los usuarios. También citó beneficios para la economía, ante la necesidad de obras millonarias para ampliar estaciones, pedidos de trenes o la contratación de personal. Para Adif esto supone una gran oportunidad para obtener más de 200 millones de euros anuales (tasas que cobra a las empresas que utilizan sus vías), lo que permitirá subsanar su situación financiera. Por su parte, Renfe tendrá competencia y verá disminuidos sus ingresos. La compañía tiene previsto salir al exterior para contrarrestar la previsible caída de la facturación.
Si bien Adif no ha hecho pública su estimación sobre la bajada de precios, Renfe maneja ya escenarios en los que sus billetes podrían bajar hasta un 40%, en servicios puntuales, respecto al coste medio (52 euros por trayecto) para competir contra la low cost de SNCF.
En cuanto la capacidad ofertada, el 30% restante se pondrá a disposición del mercado para reservas año a año. Comprobado que hay excedente en los paquetes preadjudicados a Renfe e Ilsa, esos surcos se pondrán al alcance de los ofertantes que han quedado fuera de la red: el tándem Globalvía-Moventia, el consorcio formado por Talgo, Globalia y Trilantic, y la citada Eco Rail. Con todo, se les estaría dando acceso a restos de capacidad que pueden resultar poco atractivos para montar un modelo de negocio que requiere invertir en trenes.