La ideología de género y el homosexualismo político, están tan fuertemente imbricados en la nueva cosmovisión de Occidente, que, a pesar de tratarse de una ideología, no admite discusión, y se impone como un dogma vulnerando a veces, incluso, la soberanía de países que no comulgan con su doctrina. Es el caso del Gobierno húngaro y su presidente Viktor Orban, que han lanzado una Ley de Hungría para proteger al país de esa ideología.
La Ley de Hungría prohíbe la difusión de contenido en las escuelas que se considere que promueve la homosexualidad y el cambio de género. Esta norma entró en vigencia el miércoles. La UE reaccionó con una advertencia del máximo organismo de control de derechos de Europa aduciendo que la ley corre el riesgo de discriminación contra las personas LGBT.
Sin embargo, la nueva ley que entra en vigor en Hungría prohíbe compartir contenido sobre homosexualidad o reasignación de sexo a menores de 18 años en programas escolares, películas o anuncios de educación sexual.
El gobierno de Orbán ha explicado que está destinada a proteger a los niños, pero los críticos de la ley dicen que vincula la homosexualidad con la pedofilia.
Algunos líderes de la UE han criticado la ley, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la calificó de «vergüenza».
Entre otras cosas, los cambios a la Constitución húngara en diciembre de 2020 modificaron la definición de familias para excluir a las personas transgénero y otras personas LGBT, definiendo la base de la familia como «el matrimonio y la relación entre padres e hijos». Declaró que «la madre es una mujer y el padre es un hombre», algo biológicamente irreprochable.
La última advertencia para Hungría llegó el martes de la Comisión de Venecia, un grupo asesor sobre asuntos constitucionales del organismo de derechos humanos del Consejo de Europa de 47 países. Instituciones, que están controladas por miembros del homosexualismo político.
“Esta enmienda constitucional no debe usarse como una oportunidad para retirar las leyes existentes sobre la protección de las personas que no son heterosexuales, o para enmendar estas leyes en su desventaja”, afirmaba en un supuesto análisis sobre las leyes.
El mal llamado matrimonio entre personas del mismo sexo está prohibido constitucionalmente en Hungría, pero se reconocen las uniones civiles. La ley declara que solo las parejas casadas pueden adoptar niños a menos que el ministro de asuntos familiares les otorgue un permiso especial. Esto impide que las parejas del mismo sexo lo hagan.
La comisión afirmó que las leyes hacen “inconstitucional y por lo tanto imposible el reconocimiento legal de género de las personas trans e intersexuales”, y que esto “es incompatible con los estándares internacionales de derechos humanos”.
El Consejo de Europa no es parte de la Unión Europea, pero el poder ejecutivo de la UE tiene en cuenta las opiniones de la Comisión de Venecia cuando sopesa si debe tomar medidas contra alguno de los 27 países miembros del bloque por un posible retroceso democrático.
La Comisión Europea y el parlamento de la UE ya han lanzado una acción de «estado de derecho» contra el gobierno del primer ministro húngaro, Viktor Orban. Si cuatro quintas partes de los 26 socios de la UE de Hungría están de acuerdo en que «existe un riesgo claro de una violación grave» de los valores del bloque, Budapest podría perder sus derechos de voto.
El tratado de la UE dice que el bloque «se basa en los valores del respeto por la dignidad humana, la libertad, la democracia, la igualdad, el estado de derecho y el respeto por los derechos humanos, incluidos los derechos de las personas pertenecientes a minorías».