El Irish Times se hace eco de un importante estudio sobre la realidad de la prostitución en Irlanda elaborado por el Sexual Exploitation Research Programme in UCD.
El estudio analiza la industria de la prostitución con el telón de fondo de la revisión de la Ley de Derecho Penal (Delitos Sexuales) de 2017, que tipifica como delito la compra de sexo.
El estudio detalla la «violencia endémica» que sufren las mujeres y las exigencias abusivas de los compradores, destacando los antecedentes marcados por la pobreza y el trauma. Concluye que la legislación de 2017 ha tenido un impacto «muy prometedor» en la interrupción de la demanda de prostitución en Irlanda.
Subrayando la extrema vulnerabilidad de algunas de las mujeres más jóvenes, el estudio afirma que algunas han sido coaccionadas por miembros de su propia familia a ejercer la prostitución
En el estudio aparece que la mayoría de las mujeres que se prostituyen han vivido en la pobreza cuando eran niñas y/o adultas, que una proporción significativa sufrió abusos y abandono en la infancia, y que algunas crecieron con violencia doméstica y/o la experimentaron.
La violencia y el abuso son temas «recurrentes» en la vida de esas mujeres. Un gerente del servicio dijo que las mujeres relataban «abusos verbales, agresiones físicas, actos sexuales bajo coacción, violación y agresión sexual».
Las repercusiones a largo plazo incluyen lesiones físicas, repercusiones en la salud sexual y reproductiva, dolor crónico a largo plazo, ansiedad, hipervigilancia, autodestrucción, dependencia de las drogas y el alcohol, depresión y baja autoestima.
Sólo se puede concluir, según el estudio, «que no se puede permitir que este comercio altamente explotador persista o se expanda«.
La legislación, en la que no se penaliza a las mujeres y sí a los compradores, ha tenido un impacto positivo, concluye el estudio.