Las luces, los sonidos, las tradiciones locales, los alimentos propios de estas fechas, tienen sentido en la medida en que contribuyen a crear una atmósfera favorable que acompañe el sentido primero y último de estos días, la acogida del Jesús, don de Dios para la humanidad. Éste es el motivo, ha recordado el Papa Francisco, por el que nos intercambiamos regalos. Jesús que nació en el portal de Belén, se reveló en primer lugar a los más pequeños y desfavorecidos, con quienes establece una amistad que continúa en el tiempo. “Una amistad que hará posible el deseo de Dios de un mundo nuevo en el que no haya personas rechazadas, descartadas ni maltratadas”, ha concluido Francisco.
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