«No culpe al espejo: es usted quien hace la mueca». Decía Bernanos que no tenemos otra referencia de nuestros defectos que los defectos de los demás.
De modo que, en adelante, toda incomodidad que sienta a causa de los demás la consideraré una traducción a otra lengua de un defecto personal o de algo que resulta desagradable de mi persona a los que me rodean.
En este periodo de convivencia más estrecha reflexionemos: ¿somos como el erizo, que no nota sus propias púas?
No tenemos otra referencia de nuestros defectos que los defectos de los demás. Share on X